(Textos que fundamentan la espiritualidad de los
Caballeros de San Juan Diego del Tepeyac, del Templo del Espíritu Santo y Portadores de la Cruz de Cristo. Soberana y Militar
Orden de Caballeros Crucíferos.)
El Apocalipsis
Por Luis González
¡Adelante pase lo que pase! Bien agarrado del
brazo del Señor, considera que Dios no pierde batallas. Si te alejas de El por cualquier motivo, reacciona con la humildad
de comenzar y recomenzar; de hacer de hijo pródigo todas las jornadas, incluso repetidamente en las veinticuatro horas
del día; de ajustar tu corazón contrito en la Confesión, verdadero milagro del Amor de Dios. En este Sacramento maravilloso,
el Señor limpia tu alma y te inunda de alegría y de fuerza para no desmayar en tu pelea, y para retornar sin cansancio a Dios,
aun cuando todo te parezca oscuro.
Beato Josemaría Escrivá de Balaguer. Amigos de Dios No. 214
Exordio
Muy queridos
hermanos. Mucho se ha escrito en torno del Apocalipsis y para no perdernos en la multiplicidad de textos, les presento este
pequeño trabajo, a fin de que tengamos un resumen por cual podamos disponer nuestro corazón a que el Espíritu Santo lo inflame
avanzando en el camino de las buenas obras que nos conducen al Reino del Padre, y que las muchas letras no nos desvíen de nuestro trabajo principal, el de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros
mismos, viviendo diariamente como medio precioso para poder cumplir con este amor que Dios nos manda, a la compunción del
corazón (Lc. 7. 47), que nos ha de proporcionar la pureza de corazón (Mt. 5. 8) para ver a Dios (Apoc. 22. 4); el don de lágrimas (Mt. 5. 5), que Dios mismo enjugará (Apoc. 21. 4);
y la virginidad de espíritu (Mt. 5. 3), principio de toda dicha.
Consideremos
pues, la recomendación de San Pablo, que exalta a la caridad como la más grande de las virtudes, que es la que habremos de
vivir con todas nuestras obras.
Este trabajo
viene a sumarse a los escritos que fundamentan nuestra espiritualidad de Portadores de la Cruz de Cristo, Crucíferos. Recomendamos
vivir ampliamente la compunción del corazón cuyo camino y método se explica en “El Grito de Guerra”, para poder
construir el templo que nos ordenó edificar la Santísima Virgen de Guadalupe a través de San Juan Diego, forjando con el Espíritu
Santo la perfecta imagen de María en nuestras almas (Lc. 8. 21), así como fue retratada en el alma de San Juan Diego, cuyo
ayate contiene a dicha representación (“Subida al Cerro del Tepeyac”).
Asimismo se
suma a las recomendaciones que se asientan en nuestros estatutos, para cumplir cabalmente con los instrumentos de las buenas
obras que apunta San Benito Abad; los votos de: pobreza, obediencia, castidad, estabilidad, conversión de costumbres, consagración
a la Santísima Virgen María y Víctima de amor. Así también a los oficios evangélicos, que se convertirán en vida en la medida
en que cada uno de nosotros los vivamos conforme al llamado del Espíritu Santo.
Así podremos
cumplir dignamente nuestro oficio y como Cristo lo espera de nosotros, tal como lo indica al final del Apocalipsis: “El
que salga vencedor recibirá todo esto como herencia: y yo seré su Dios y él será mi hijo” (Apoc. 21. 7). Advierto, sin
embargo, que el texto principal cuya lectura para nosotros es obligatoria, es
la del propio libro del Apocalipsis, el cual fue escrito, como el resto de las
Escrituras ”para que nuestra alegría sea completa” (1. Jn. 1 4) y para que tengamos dicha: “Dichoso el que
lee y dichosos los que escuchan la lectura de este mensaje recibido de Dios y hacen caso de lo que aquí está escrito, porque
ya se acerca el tiempo.” (Apoc. 1.3).
Para redactar este texto, nos hemos basado en los libros de Luis Eduardo
López Padilla. Recomendamos ampliamente la lectura de todas sus obras, pues creemos que es uno de los apóstoles de los últimos
tiempos que Dios ha enviado para enseñarnos el camino de la Cruz.
Introducción
La humanidad se encuentra en el vértice de la historia y está frente
al radical salto cualitativo de su destino, el cual invariablemente se consumará con el establecimiento de un nuevo orden
mundial, con un solo gobierno para todos, el de Dios. Sin embargo, previamente la humanidad habrá de sufrir el embate del
impostor, el anticristo y sus seguidores, que buscarán imponer un gobierno mundial distinto del que Dios quiere regalar al
hombre, contra Dios y proclamando al anticristo como dios.
En la dimensión sobrenatural sólo dos fuerzas se enfrentan en una singular
contienda metafísica, la del bien que prevalecerá sobre el mal.
Dios creo al hombre a su imagen y semejanza para convertirlo en dios
por participación, a partir del momento en que Él mismo se convirtiera en hombre, en su Segunda Persona. Así lo había establecido
en su sabiduría, por lo que incluso en la propia especie humana se refleja este designio, en las familias, que son una unidad
de tres: esposo, esposa e hijo(s), que coexisten en una relación de amor.
Todas las naturalezas creadas tienen al hombre por cabeza en Cristo,
por disposición divina. Así, los minerales, inmensos en el universo, cuya naturaleza es ocupar un lugar en el espacio y someterse
a las leyes de la física; así los vegetales, que tienen vida, nacen, crecen se reproducen y mueren; así los animales, que
son capaces de sentir placer y dolor con sus sentidos e interactuar con la naturaleza con su instinto; así la naturaleza racional
del hombre, que le permite darse cuenta de que se da cuenta de todas estas maravillas; así los nueve coros de ángeles, inteligencias
puras que ven el rostro del Señor. Todos obtienen una admirable conjunción en el hombre, con Cristo a la Cabeza de todo lo
creado.
Luzbel se opuso a la deificación del hombre y por esa desobediencia
fue precipitado al abismo y para evitar que se cumpliera la voluntad de Dios en el hombre, lo indujo al pecado, creyendo en
su soberbia que Dios no se encarnaría en una carne pecadora. Sin embargo, Dios recreó todas las cosas con la encarnación de
Cristo en María, siendo ella el origen de la regeneración, y rescató al hombre de su situación que lo alejaba de Dios, por
medio de su pasión, muerte y resurrección, de las cuales también participó María como corredentora.
Siendo la humanidad, particularmente la Iglesia, el Cuerpo Místico
de Cristo, debe imitar a su esposo para asemejarse plenamente a Él, por lo que habrá de vivir la pasión, muerte y resurrección
de Jesús, tal como lo hizo María y para que estas acciones sean perfectas, habrán de ser en el corazón de María, como siendo
ella misma.
Esto ocurrirá como lo narra el libro de la Revelación, que es la esperanza
de la humanidad.
En nuestros días, la maldad
se ha desbordado y se hace presente en todos los ámbitos para dar cumplimiento a las más antiguas profecías que vaticinaban
el triunfo provisorio del mal como condición causal para la regeneración.
El misterio del mal significa
que existe un particular designio divino para que la humanidad resurja limpia y luminosa, según el arquetipo divino, lo cual
es fuente de esperanza para todos los hombres de buena voluntad.
Por tanto habrán de interactuar en síntesis y gran resumen las fuerzas del
mal contra el bien. Estas se expresan entre los hombres, por un lado, los que
tienen al demonio por cabeza, que buscan eliminar todos los derechos que Cristo recuperó para la humanidad, que pretende convertir
al hombre en dios sin Dios y contra Dios, con la máxima expresión del misterio de iniquidad, el anticristo, cuyo destino es
el de ser precipitado al abismo con el soplo de la Parusía del Señor.
Por otro lado las fuerzas de quienes con sus actos revisten la perfecta imagen
de Cristo, que surge de las entrañas de María, que emanciparán, en ellos, a la humanidad, para liberarla de la última impostura
demoniaca, con su fidelidad a Dios.
El demonio sabedor de que le queda poco tiempo, presentará el engaño más sofisticado
y sutil que su mente planeo, ni más ni menos que hacerse pasar por Cristo en su venida gloriosa, y engañándose a sí mismo
y a quienes le sigan, emprenderá la guerra contra Dios y sus elegidos, para instaurar su reino en la tierra, creyendo que
podrá vencer a Dios, quien como dijimos y como está escrito, lo precipitará con su soplo.
Presentamos este breve trabajo, con informaciones de estudiosos de la materia,
en el que habremos de resumir los hechos que han conducido al desenlace de la historia humana que vivimos y que indudablemente
lleva a la exaltación de los hijos de Dios en la nueva tierra en que habrá un solo rebaño y un solo pastor, lleno de justicia
y de la sabiduría de Dios.
La Revelación
Apocalipsis es la Revelación que Dios hizo a los hombres, de acontecimientos
ocultos y conocidos sólo por Él. El libro del Apocalipsis del apóstol San Juan es el último libro de la Biblia, que adelanta
la esperanza de los que son de Cristo -- a quienes distinguen las obras de caridad y la espera ardiente en el retorno de Jesucristo-- y el canto triunfal de la Iglesia perseguida.
Los capítulos 1-3 del Apocalipsis describen
circunstancias históricas de la Iglesia, aplicables a nuestro tiempo. Los capítulos 4-19 narran la Gran Tribulación y al Retorno
de Cristo. Los capítulos 20-22 describen su reinado en el mundo por "mil años" y el Juicio Final.
La dificultad para comprender el Apocalipsis queda eliminada en los Últimos
Tiempos, de forma que cualquiera podría comprender su significado, como anticipó el profeta Joel (Jl. 3, 1). Las Escrituras
revelan con precisión el rumbo de los acontecimientos incluso al punto de poder saber detalles de eventos en específico.
Por esta razón los poderosos toman muy a pecho las Escrituras, no para convertirse
y salvar sus almas --porque no quieren que Cristo los salve, como lo adelantó el mismo Señor-- sino para utilizarlas como
instrumento ideológico que les permitirá la hegemonía mundial por la que han trabajado asiduamente, con lo que cometen aquel
pecado que no tiene perdón en este mundo ni en el otro.
Lo anterior lo comprobamos con el simple hecho de que en Israel los poderosos
saben de dónde procederán los ejércitos que habrán de librar la última batalla, situación que fundamenta la lucha sionista
de expulsar de Jerusalén primero a musulmanes y enseguida a los cristianos para construir el tercer Templo judío.
La plutocracia mundial también realiza sus acciones con base en las Escrituras
y se encamina al establecimiento del sistema 666 del anticristo, por el que solamente podrán intercambiar bienes y servicios
los que tengan el código de la bestia, muchos de ellos más interesados por las riquezas y el poder, utilizando el conocimiento
de los hechos venideros para sus fines terrenos, con lo que cometen igualmente aquel pecado contra el Espíritu Santo.
Particularmente los ministros de los cultos cristianos encumbrados en puestos
administrativos de sus iglesias participan de este conocimiento para dejarse llevar en el duermevela de la corriente imperante
y mantener riquezas y puestos de poder corrompiéndose con el abuso de la autoridad ministerial para adquirir poder y riquezas
de este mundo.
Estos últimos, que operan en todas las religiones, tienen una figura central
en el Apocalipsis y se revelan como la Gran Ramera, la Gran Babilonia, la madre de todas las abominaciones, aquella que va
montada en un monstruo rojo (gobernantes y los plutócratas) y que marcha sobre las aguas (sobre todos los poderes terrenales)
que viste de rojo y púrpura (colores ministeriales del servicio religioso); la que estaba ebria con la sangre de los que pertenecen
al pueblo de Dios (ebria con todas las injusticias que ha cometido contra Cristo, representado en aquellos a quienes deberían
servir y de quienes se han servido para sus fines mundanos) y los que morirán
por ser testigos de Cristo (Ap. 17. 1-6).
Estos últimos son figura de lo que Cristo nos había advertido, son la cizaña cuyas raíces se encuentran entrelazadas con las del trigo, que no será cortada sino por los
ángeles de Dios el día de la siega. Encabezando a esta cizaña se encuentran todos aquellos ministros que hacen todo lo que
el Señor condenó de los escribas, fariseos y maestros de la ley, en San Mateo Capítulo 23,
y en San Marcos 7. 5-8, de cuya levadura nos previene en San Marcos 8.
14-21, que lo honran con la boca pero que su corazón está lejos de la voluntad
de Dios. De ellos dice el Señor en San Marcos 12. 38 que son ladrones e hipócritas
y que de nada les sirve su culto, aunque el Señor nos manda “hacer lo que dicen”, pero no imitar sus obras (Mt.
23. 3).
Muchos desde dentro de la Iglesia Católica en breve se desenmascararán y abiertamente
instaurarán la religión falsa que ya vienen promoviendo, distinta de la que nos predicaron los apóstoles, para ponerla al
servicio del anticristo.
Enseguida se encuentran todos los ministros de los demás cultos cristianos,
también aquellos que solamente reconocen a Dios padre e incluso los no cristianos, que se han entregado al demonio, al mundo
y la carne con sus acciones.
La mayoría de las personas que operan en estos sectores, de las finanzas,
de los gobiernos y de las iglesias no creen en verdad que sus acciones sean malas, incluso hay quienes creen que son buenas
y que sirven a las demás personas.
Algunos se sirven de las Escrituras a las que manipulan como instrumento ideológico
para alcanzar sus fines, pero la mayoría creen que las cosas que narra la Revelación, son muy lejanas y/o que nada tienen
que ver con sus planes y acciones cotidianas. Se dejan llevar por las corrientes imperantes
y enmohecida su conciencia yacen como operarios autómatas preparando el reinado del impostor. Dormidos, no tendrán
aceite en su lámpara a la llegada del Esposo y serán arrojados a las tinieblas.
El pueblo de Dios, encabezado por quienes tienen la plenitud de la verdad,
en la Iglesia Católica y con todos nuestros hermanos de los demás cultos, que hayan obrado el bien, serán perseguidos por
todos los poderes ya mencionados, y habiendo demostrado fidelidad, formarán parte
de los que ofrenden su sangre por Cristo y de los que sean congregados bajo un solo pastor en un solo rebaño.
Los últimos Tempos
Los Últimos Tiempos que vivimos ya, son el periodo de la siega donde
el trigo y la cizaña son separados después de haber crecido juntos a lo largo de la historia. Son la purificación antes del
retorno de Cristo. Es el final de la historia humana hasta hoy conocida que da inicio a la renovación,
cumpliéndose así el designio original de Dios por el que iniciará una nueva historia de la humanidad, tal como se concluye
de lo que Cristo dijo al referirse a la Gran Tribulación que habrá en este periodo, la cual será "como no la ha habido ni
la habrá jamás", (Mt 24, 21). La "recapitulación" de todas las cosas en Cristo se realizará en esta tierra, totalmente transformada.
Citando al Catecismo Oficial de la Iglesia Católica, el Papa Juan Pablo II,
dijo (14-02-2001) que "al final de esta batalla, cantada en algunas páginas admirables
por el Apocalipsis, Cristo cumplirá la recapitulación y quienes estén unidos a Él formarán la comunidad de los creyentes que
ya no será herida por el pecado, por las manchas y por el amor propio que destruye y hiere la comunidad terrena de los hombres.
La visión beatífica, en la que Dios se manifestará de modo inagotable a los elegidos, será la fuente inmensa de felicidad,
de paz y de comunión mutua".
Comunidad de los creyentes se refieren necesariamente a nuestra realidad
temporal, ya que en el Cielo no existe la virtud de la fe, que habrá desaparecido porque veremos a Dios cara a cara. Las palabras
visión beatífica denotan a qué punto la naturaleza humana quedará transformada desde de la Parusía.
El Apocalipsis detalla que el Juicio final será al final de la historia humana,
pero la Parusía se coloca al inicio de un largo periodo de paz y de bienestar universal. Los Últimos Tiempos son los siete
años -- conocidos como la "semana de Daniel", en la que un día corresponde a un año-- de la "Gran Tribulación" descrita por
los profetas Daniel, Isaías, Zacarías, por los Evangelios y por San Pablo.
El pueblo judío y la Iglesia Católica se encuentran estrechamente vinculados
con estos acontecimientos. Desde los inicios de la era cristiana, los judíos viven dispersos por el mundo, en espera del cumplimiento
de las profecías que anuncian la última y total reunificación en Sión y el triunfo de Israel, con la reconstrucción del tercer
Templo.
El Anticristo
De acuerdo con las Escrituras, previo al verdadero triunfo de Israel reinará el anticristo (el que está contra Cristo y el que suplanta a Cristo), quien en medio
de la guerra y el caos mundial, solucionará los principales conflictos y firmará un pacto de paz en favor de los judíos con
lo que dará un período de falsa supremacía de Israel y paz mundial que durará tres años y medio.
Al principio se presentará como un reconciliador político-religioso –quien
desde luego contará con todo el respaldo de todos los poderes del mundo, gobernantes, financieros, comerciales y religiosos,
principalmente del antipapa que suplantará a Juan Pablo II y que será cabeza de la gran ramera apocalíptica-- que trae la
paz y el auge en el mundo y según el profeta Daniel.
Este personaje tomará ascendencia mundial en un lapso de tres años y medio.
Después traicionará a los judíos y al mundo entero, sometiéndolos mediante el poder del Gobierno Mundial –con gobernadores
plenipotenciarios que ejercerán su poder en todos las naciones y en todas las congregaciones e iglesias del mundo y en todas
las operaciones comerciales y financieras del mundo—cuya estructura previamente
habrá sido instaurada con la guerra a que el anticristo pondrá fin impuesta inmediatamente
al acto en que todos le entreguen el poder de los gobiernos. "Cuando se sientan más seguros, destruirá a muchos y se rebelará
contra el Príncipe de príncipes" (Dn 8, 25).
Después de estos primeros tres años y medio –esto es, de iniciada la
semana de Daniel, probablemente en coincidencia de la fiesta judía de los Tabernáculos-- el anticristo romperá el pacto y
comenzará la persecución contra los propios judíos, contra los cristianos y contra todos los habitantes de la Tierra, pretendiendo
que todos lo adoren como dios. Esto es durante los segundo tres años y medio.
Es al final de ese segundo período de la Tribulación, culminará la purificación
universal, con la derrota del anticristo y la recapitulación de todas las cosas en Cristo, la cual da inicio a su reinado
de paz en la tierra (Apoc. 20, 4).
De este modo, la Gran Tribulación es el periodo de siete años que coinciden
con el gobierno mundial del anticristo y será una prueba de tal naturaleza purificadora y santificadora, que juntará admirablemente
la gran misericordia y amor de Dios –que puede sacar hijos de Abraham de las mismas piedras (Mt. 3. 9)— por el
hombre, con la justicia divina. Por este mismo amor incluso ha acortado esos
días, como nos lo hizo saber el mismo Señor: "si aquellos días no fueran acortados no se salvaría nadie, pero en atención
a los elegidos se abreviarán aquellos días" (Mt. 24, 22). Por ello también dijo: “cuando vean que estas cosas empiecen
a suceder, cobren ánimo y levanten la cabeza, porque su redención se acerca”. (Lc. 21. 25-31).
Al iniciar el segundo periodo de tres años y medio la Eucaristía quedará proscrita,
y solo será restituida con el retorno glorioso de Jesucristo, tres años y medio después. Daniel y San Pablo llaman a esto
abominable desolación o la abominación de la desolación. "A mitad de la semana hará cesar el sacrificio, y en un ángulo del
altar habrá abominaciones desoladoras hasta el final" (Dn. 9, 27).
Durante siete años, el demonio y los hombres que no quieren ser salvados por
Cristo realizarán un fraude, un gran engaño a la humanidad, manipulando todas las esperanzas de los pueblos –incluso
el sentido de las Escrituras, como suele hacer el demonio-- para después tiranizarlos desde la mitad de ese periodo. Pretenderán
falsificar el retorno de Jesucristo, el cual sin duda ocurrirá al término de ese lapso. La sabiduría de Dios –que es
locura para los hombres, advierte San Pablo—ha dispuesto que en ese mismo periodo purificará al mundo y que ocurran
diversos fenómenos celestes y terrestres que angustiarán sobremanera a la humanidad, como parte de esa misma purificación,
que en orden de la gracia, viene a ser, mejor dicho, una oportunidad (Lc. 12. 58), un regalo (Lc. 18. 7-8; Mt. 20. 9), un
tesoro (Mt. 13. 44-45), que debemos agradecer a nuestro Padre amoroso.
Como principio de su toma de poder, los judíos aceptarán al anticristo como
al Mesías esperado, cumpliéndose así una de las profecías del mismo Señor : "Vine en nombre de mi Padre y no me habéis recibido,
pero vendrá otro en su propio nombre y a ese sí lo recibiréis".
Después de la traición del anticristo, hacia el final de la Gran Tribulación,
los judíos reflexionarán y Dios les habrá compartido de la copa que hemos colmado todos los hombres, llena de el amargo zumo
de ingratitud consistente en que hemos utilizado los preciosos dones que nos ha dado, no para darnos cuenta del inmenso amor
que nos tiene y de lo que nos ha preparado, sino para nuestros caprichos e incluso, para oponernos a Él.
Se cumplirá entonces otra profecía de los Últimos Tiempos con relación a los
judíos: su conversión en masa a Jesucristo. Contrariamente, en este tiempo los gentiles habrán llegado a su máxima rebeldía,
como anunció San Pablo.
Cuando los judíos clamen por el retorno de Jesús y digan “bendito el
que viene en el nombre del Señor”, Él se enternecerá como en la parábola del Hijo Pródigo y saldrá a su encuentro. Precipitará
al impostor y a sus seguidores al abismo, será la unificación universal y el
cumplimiento de las grandes promesas de redención que Dios prometió a su pueblo y al mundo entero, y que fueron anunciadas
hace más de dos mil años por el profeta Ezequiel. (Ez. 36).
Persecución contra los cristianos
En el numero 675 de su Catecismo, la Iglesia Católica profesa: "Antes del
advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes. La persecución
que acompaña a su peregrinación sobre la tierra desvelará el 'Misterio de Iniquidad' bajo la forma de una impostura religiosa
que proporcionará a los hombres la solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad".
Ante el Congreso Eucarístico de Pennsylvania, en 1977 un año antes de ser
elegido Papa, Juan Pablo II dijo: "Estamos ahora ante la confrontación histórica más grande que la humanidad jamás haya pasado.
Estamos ante la contienda final entre la Iglesia y la anti-iglesia, el Evangelio y el antievangelio. Esta confrontación
descansa dentro de los planes de la Divina Providencia y es un reto que la Iglesia entera tiene que aceptar".
El 18 de noviembre de 1980, el Papa Juan Pablo II reveló, en Fulda, durante
la rueda de prensa que ofreció con motivo de la Reunión de la Conferencia del Episcopado Alemán, que, la Iglesia y el mundo
están por iniciar la más grave prueba de su historia.
Tercer
Secreto de Fátima
La Hermana Lucía, quien protagonizó las apariciones de Fátima, en 1917, había
dado a conocer que era voluntad expresa de la Virgen María que el Papa reinante en 1960 publicara el Tercer Secreto, en una
ceremonia donde todos los obispos le consagraran a la nación rusa. Si esto se hacía. Rusia se convertiría al cristianismo
pero, de no hacerlo, advertía la Virgen, se esparcirían por el mundo la tiranía y los errores sembrados en esas tierras.
El Papa Juan Pablo II dijo: "Por su contenido impresionante, y para no estimular
al poder mundial del comunismo a llevar al extremo ciertas ingerencias, mis antecesores prefirieron la relación diplomática
del secreto. Además, debería bastar a todo cristiano saber que el secreto habla de que océanos inundarán continentes enteros,
de que millones de hombres se verán privados de la vida repentinamente, en minutos. Con esto en mente, no es oportuna la publicación
del secreto. Muchos quieren saber sólo por curiosidad y sensacionalismo, pero olvidan que el saber lleva consigo también la
responsabilidad. Ellos pretenden solamente satisfacer su curiosidad, y
esto es peligroso.
Probablemente ni siquiera reaccionarían, con la excusa de que ya no sirve de nada".
Respecto de la Iglesia dijo: "Debemos preparamos a sufrir, dentro de no mucho
tiempo, grandes pruebas que nos exigirán estar dispuestos a perder inclusive la vida y a entregarnos totalmente a Cristo y
por Cristo. Por vuestra oración y la mía es posible disminuir esta tribulación, pero ya no es posible evitarla, porque solamente de esta manera
puede ser verdaderamente renovada la Iglesia. ¡Cuántas veces la
renovación de la Iglesia se ha efectuado con sangre! Tampoco será diferente esta vez. Hemos de ser fuertes, prepararnos, confiar
en Cristo y en su Santísima Madre, ser constantes, muy constantes, en el rezo del Rosario". El Papa entonces apretó el Rosario
y dijo: "Ésta es la medicina contra ese mal. Rezad, rezad y no preguntéis más. ¡Todo lo demás encomendádselo a la Santísima
Virgen!"
Respecto del Tercer Secreto de Fátima, fue obvio que la visión dada a conocer
por la Santa Sede el 26 de junio del 2000 (la del obispo vestido de blanco que huye de una ciudad en ruinas y es atacado y
muerto), no se pudo referir, como se quiso hacer creer, al atentado en Plaza San Pedro, porque existe concordancia en los
hechos y porque no se ve la razón de tener que esperar veinte años para hacerlo público, si en verdad la visión se refiriese
a ese hecho histórico.
La vidente de Fátima, Lucia describió con detalle lo que va a suceder al inicio
y durante la Gran Tribulación, pero debido a que también se da a conocer la gravísima
crisis que sufrirá la Iglesia, por un complot interno contra el Papa, "El secreto, (como diría el Cardenal Ottaviani) tenía
que ser enterrado en lo más oculto, en el lugar más profundo, oscuro e inaccesible de la tierra".
El mensaje dado a conocer por el Vaticano el 26 de junio del 2000, es incompleto
y la interpretación dada a la visión difiera de la real. La consagración de Rusia con las características que establece el
tercer secreto de Fátima no se ha cumplido hasta ahora.
El
Tercer Templo
Hay que señalar que la profecía de Daniel 9. 27, implica que, efectivamente,
existirá un tercer Templo, un culto y un sacrificio. En ese lugar santo, el anticristo firmará un acuerdo de paz y se proclamará
a sí mismo como dios, cumpliéndose lo predicho por el apóstol San Pablo en su segunda carta a los tesalonicenses (2 Ts. 2.
8-9).
Acciones
del Anticristo
El anticristo realizará cuatro acciones: establecerá una falsa paz, restituirá
el templo, deslumbrará al mundo con prodigios embaucadores y someterá al mundo entero, primero mediante el engaño, durante
los primeros tres años y medio, y luego por la fuerza y la violencia durante el siguiente periodo de tres años y medio: "Se
le concederá hacer guerra a los santos y vencerlos, y se le dará poder sobre toda raza pueblo, lengua y nación" (Apoc. 13.
7).
En el primer lapso de tres año y medio, promoverá una impostura religiosa
y los judíos creerán que por fin ha llegado el Mesías. Millones de personas de las más diversas creencias y religiones creerán
que finalmente se cumple el regreso de su propio fundador. Todos se postrarán
para adorarlo ya que ejercerá una fascinación político religiosa.
En el siguiente periodo de tres años y medio. Dice San Pablo: "Se opondrá
y se exaltará a sí mismo por encima de todo lo que se llama Dios o es adorado, hasta sentarse en el templo de Dios proclamándose
a sí mismo como Dios" (2 Ts. 2,4), esto último será la abominación de la desolación que advirtió Daniel, el mismo Jesucristo
y San Pablo.
Ejercerá un influjo no sólo por sus cualidades humanas, con el liderazgo político
y religioso, sino que poseerá un gran poder seductor que, según las Escrituras, le será otorgado por Satanás (Ap 13,12). Muchos
cristianos aceptarán al anticristo cuando el Papa ilegítimo refrende su autenticidad "haciendo que la Tierra y sus habitantes
adoren a la primera Bestia" (Ap 13, 11).
En caso de que las profecías de Ezequiel (Ez 39, 9-10), cuando señala que
Israel usará las armas por siete años, se refieran a los mismos siete años de la semana de Daniel, podemos concluir que el
caos se dará como inicio de los siete años de la Gran Tribulación, no a mitad de ellos. La guerra de Israel y la respectiva
firma del tratado de paz alcanzada por el anticristo, marcan exactamente el inicio de la Gran Tribulación.
Si la guerra de Medio Oriente se abrió a raíz de un hecho histórico que desató
la actual escalada de violencia, ya que el 28 de julio de 2001 grupos fundamentalistas colocaron, en Jerusalén, la primera
piedra del tercer Templo judío, con la provocadora presencia de Ariel Sharon en la explanada de las mezquitas, con esas acciones
dieron cumplimiento a profecías anunciadas.
Inicio
de la Gran Tribulación
Además de la guerra, hay tres
acontecimientos mas que marcan el inicio de la Gran Tribulación: la caída del sistema financiero, la remoción fraudulenta
del Papa legítimo y el Gran Aviso.
Este último será un impresionante
fenómeno cósmico descrito por el apóstol San Juan (Ap 6, 12), que será acompañado de una iluminación interna que permitirá
a cada ser humano apreciar el estado de su alma para definir su postura en contra o a favor de Dios, y en este caso, la fuerza
para seguirlo.
El Gran Aviso o el gran regalo de Dios a la humanidad, señala que la Gran Tribulación ha iniciado y constituye una preparación --el alimento que se dará a la
mujer vestida de sol en el desierto durante tres años y medio (Apoc. 12. 14)-- pues no es sino "el comienzo de los dolores"
(Mt. 14, 8), pero que son como de parto, después de los cuales viene la alegría, por lo que
es a la vez una enorme bendición que sólo se le puede comparar a Pentecostés. Además de conocimiento, compunción del
corazón y caridad, dará fuerza.
En un período no mayor de un año después del Gran Aviso, vendrá el Milagro,
fenómeno sobrenatural que durará varios días y podrá ser transmitido por las televisoras de todo el mundo.
Enseguida vendrá el castigo, que será durante tres días de oscuridad y el
retorno del Señor. Ambos eventos ocurrirán de pronto, cuando nadie se lo espere:
“...el día del regreso del Señor llegará cuando menos se le espere, como un ladrón que llega de noche (Mt. 24. 43). Cuando la gente diga: “todo está en paz y tranquilo”, entonces vendrá
de repente sobre ellos la destrucción , como le vienen los dolores de parto a una mujer que está encinta; y no podrán escapar.”
(1 Ts. 5. 2-3). Por San Pablo también sabemos que quienes hayan alcanzado su plena transformación espiritual serán arrebatados
y resguardados con los que ya hayan muerto en Cristo (I. Ts. 4, 16-18): “Porque se oirá una voz de mando, la voz de
un arcángel y el sonido de la trompeta de Dios, y el Señor mismo bajará del cielo. Y los que murieron creyendo en Cristo,
resucitarán primero; después los que estemos vivos seremos llevados, juntamente con ellos, en las nubes, para encontrarnos
con el Señor en el aire; y así estaremos con el Señor para Siempre. Anímense pues, los unos a los otros con estas palabras”.
Colapso Financiero Mundial
El colapso económico mundial es lo que posibilitará al anticristo establecer
un sistema de comercio centralizado, cuyo signo es el número 666 que será colocado como único medio para comerciar y recibir
alimentos. La "marca de la bestia" es el fundamento del gobierno mundial del anticristo con que ejercerá la dictadura económica
mundial.
Será una sociedad sin dinero circulante, con un sistema biotecnológico sin
el cual no se podrá comprar ni vender bienes y servicios. "Hará que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos
se hagan una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda comprar nada ni vender, sino el que lleve la marca
con el nombre de la Bestia o con la cifra de su nombre" (Ap 13, 16-18). Aquel que quiera salvarse no podrá ser empresario
ni empleado o trabajador como conocemos hoy.
Los que no quieran llevar el número de la bestia en la mano o en la frente
tendrán que renunciar a sus empresas y a sus trabajos para dedicarse a la mera subsistencia de la vida, en una economía agrícola
doméstica o de trueque, lo cual será posible a partir de la advertencia que será la efusión del Espíritu Santo por la que
cada hombre verá todas sus iniquidades y podrá adquirir la compunción del corazón, la pureza del corazón y la virginidad de
espíritu.
No
padecerán hambre los que confíen en Cristo
En este momento, muchos ricos y poderosos se convertirán y reconocerán su
verdadera misión en esta tierra y organizarán una economía cristiana, por lo que será como en los primeros tiempos del cristianismo,
cuando el centro de toda la vida y de toda actividad era Cristo y todas las necesidades estaban satisfechas.
Con la compunción del corazón y el don de lágrimas, entenderán en su corazón
aquello que dijo Jesús: “No tengan miedo, ovejas mías; ustedes son pocos, pero el Padre, en su bondad, ha decidido darles
el Reino. Vendan lo que tienen, y den a los necesitados; procúrense bolsas que no se hagan viejas, riquezas sin fin en el
cielo, donde el ladrón no puede entrar, ni la polilla destruir. Pues donde está la riqueza de ustedes, allí estará también
su corazón.” (Lc. 12.32-34).
Por eso la Santísima Virgen pide no preocuparse por los alimentos, sino exclusivamente
por la conversión. Ello evidentemente abrirá la persecución contra los elegidos por parte de la bestia, su profeta y los que
lleven su número, pero los elegidos estarán protegidos por la compunción del corazón.
Por eso dice el Apocalipsis que cuando la mujer fue conducida al desierto
con las alas del águila, para ser alimentada con los frutos de este mismo desierto (el cumplimiento de los 10 mandamientos,
las virtudes, los dones del Espíritu Santo, los sacramentos, las bienaventuranzas, y “con toda palabra que sale de la
boca de Dios” (Mt. 4. 4)), la tierra se abrió para tragarse el río que el dragón había vomitado contra la mujer.
La compunción proviene de la humildad; cuando el hombre reconoce lo que es
delante de Dios. Es así que esta tierra de la que esta hecho el hombre se abre, con una humildad semejante a la de María,
y las acechanzas del demonio no pueden en su contra.
Control
mundial de las finanzas, la economía y el comercio
Para lograr el control total, el sistema financiero mundial ya está listo
y se ha preparado cuidadosamente por los que no quieren ser salvados por Cristo. En Estados Unidos, en 1913, Rothschild, Rockefeller y Morgan lograron que se modificara la Constitución para crear la Reserva
Federal y con ello quitaron al Gobierno y al Congreso norteamericanos el poder
sobre el crédito y la emisión del dinero. Quien promovió esta maniobra fue Edward Mandell House, un agente de los
Iluminados dedicado a la causa del Gobierno Mundial, que era consejero del presidente Wilson.
Así un pequeño grupo imprime y distribuye dólares a cambio de atraer las riquezas
y servicios del mundo, exportando su inflación a las naciones mediante el sistema de bancas centrales dependientes del dólar.
El senador norteamericano Charles Lindberg denunció: "Con esta ley se ha constituido el consorcio económico más gigantesco
de la Tierra; al firmarla, el presidente ha legalizado el gobierno invisible de los amos del mundo". Así fue como unas cuantas
dinastías (Kuhn Loeb, John Pierpot Morgan, First National City Bank, etc.), obtuvieron el mando en el campo económico y político.
El Estado mismo tendría que acudir a ellos cuando necesitara dinero y pagaría intereses. La Reserva Federal no es un organismo
público, sino un ente privado en manos de pocos. Los principales dueños de la Reserva Federal son: Rothschild Bank, de
Londres y Berlín; Lazará Brothers Bank, de París; Israel Moses Seif Bankers Bank, de Italia; Warburg Bank, de Hamburgo y Amsterdam;
Lehman Brothers Bank, de Nueva York; Kuhn Loeb Bank, de Nueva York; Chase Manhattan Bank, de Nueva York (Rockefeller) y Goldman
Sachs, de Nueva York. Son propietarios de la Reserva Federal a través de, unos 300 accionistas, todos los cuales se conocen
y están emparentados entre sí.
El segundo fraude sucedió cuando, en 1971, el gobierno de EU decidió
no redimir sus billetes con oro, como anteriormente se hacía. Con esta acción
se dio curso libre al control omnímodo del dinero mundial. Las monedas nacionales se convirtieron
en mercancía y se multiplicó la especulación y la usurpación de la riqueza real de las naciones, lo que ha llevado al deterioro
de la capacidad productiva de las naciones y al poder total del grupo controlador, que propiciará la posterior imposición
del sistema 666. Capitalismo y comunismo se unen bajo una misma dictadura mundial.
La manipulación del comercio y las finanzas ha evolucionado hasta perfeccionarse
en nuestros días en beneficio del gobierno mundial. Sabemos que toda riqueza proviene del trabajo y, precisamente para los
controladores del mundo, de lo que se trata es de amasar toda la riqueza del mundo, sin que ellos paguen por ese trabajo,
o les cueste algo. Este objetivo, antinatural, ha dado origen a todos los sistemas de explotación, hasta los más sofisticados
de hoy en día: los mercados financieros. A través de la interacción de estos mercados y de la manipulación de sucesos económicos
y políticos del mundo, es posible obtener inimaginables ganancias, sin otro trabajo que migrar de un mercado a otros cuando
así convenga. Cada migración dejará incalculables ganancias a los capitales, cuyos dueños están en el secreto de la conspiración.
Evidentemente esa riqueza representa el trabajo de alguien, no es posible
que las ganancias aparezcan de la nada, quebrantando las leyes de la física. Provienen de millones de seres humanos que producen
bienes y servicios en todo el mundo y que pagan un tributo oculto, en horas-hombre, para que los tiburones de las finanzas
lo recojan en determinadas épocas o diario, con las transacciones en mercados. Esta es la gran impostura económica que pende
del patrón dólar, o cualquier otro patrón que se imponga en el futuro, por el que se extrae el producto del trabajo de las
naciones en cuestión de segundos, cuando el valor de su producción bruta cae por algún movimiento especulativo que ocurra
en un lugar remoto. Este mecanismo de tributación oculta sirve también para que los gobiernos aceleren la marcha para imponer
las reglas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, cuyo objetivo es el establecimiento de un estandar que en
el momento adecuado opere armónicamente cuando el anticristo oprima el botón.
Masones Apocalípticos
La meta de construir un gobierno mundial contra Dios, ha sido el propósito
de sectas como la masonería. La Gran Logia de los Iluminados -- fraternidad secreta, financiada por la dinastía Rothschild--
expresaba que: "La meta específica de la orden de los Iluminados es la de abolir
el cristianismo y derrocar los gobiernos civiles", (John Robinson citando al fundador, Adam Weishaupt). Para ello desarrollaron,
desde su inicio planes trans-generacionales introduciéndose en los círculos de poder de los gobiernos y de las finanzas.
Cabe señalar que el nombre de iluminados proviene del hecho de que
sus miembros son iniciados en las enseñanzas de Lucifer, supremo dador de luz según la doctrina de la masonería iluminada.
Su gran consejo lo forman trece castas que se perpetúan en la secta mediante iniciación satánica generacional. Una de estas,
la Merovingia, desciende hasta la casa de Windsor y asciende hasta la tribu de Dan,
de la cual habría de surgir el anticristo. El British Instituto of Intemational Affaires, el Council on Foreign Relations
y la CÍA, son organismos creados por esta secta. Los Iluminados vinculan a numerosas instituciones y forman el Committee of
300 cuyo objetivo operativo es el estructurar al gobierno mundial. La familia Bush pertenece a los Iluminados desde hace siete
generaciones. Prescott Bush, abuelo del presidente George Bush Jr., --quien se enriqueció financiando a Hitler desde The Unión
Banking Corporation de Nueva York, fue el primero en ingresar en Yale a la conocida Orden Skull and Bones.
Confrontaciones
de Opuestos
Ya desde 1871 se perfiló la estrategia operativa para utilizar la dialéctica
de la acción basada en la dialéctica hegeliana, consistente en crear a los contrarios o
favorecerlos ocultamente, inducir la acción en ambos para retener el control global de la situación,
abiertamente, o desde la penumbra.
Albert Pike, Gran Soberano de la masonería del Rito Escocés Antiguo y Aceptado,
en una carta que dirigió, el 15 de agosto de aquel año, a Giuseppe Mazzini, Gran Soberano de los Iluminados después de Weishaupt,
estableció las tres guerras mundiales en que habrían de trabajar las logias de todos los ritos de la masonería universal,
para inducir las condiciones propicias para implantar el Nuevo Orden Mundial.
La Primera Guerra Mundial habría de someter el vasto territorio ruso para
usarlo como plataforma desde la cual sembrar la polarización del mundo.
Con la polarización de las diferencias entre el sionismo político y nacionalismo germano la Segunda Guerra Mundial consolida y extiende la misma polarización –la guerra
fría-- que permite el control de vastos recursos económicos y establecer en Palestina el Estado de Israel.
La Tercera Guerra Mundial se suscitaría, "exasperando las diferencias entre
judíos y árabes para generar un formidable cataclismo social que en todo su terror demuestre a las naciones el efecto del
ateísmo absoluto, origen de la barbarie y de la más violenta confusión. Entonces, las muchedumbres, desilusionadas con el
cristianismo y no sabiendo a quién adorar, recibirán la verdadera luz de Lucifer, en una manifestación que será resultado
del movimiento general reaccionario, siguiendo la destrucción del cristianismo y del ateísmo, ambos conquistados y exterminados
al mismo tiempo".
La dialéctica de la acción se muestra también en el hecho de que al mismo
tiempo que el judío Karl Marx escribía el Manifiesto Comunista, bajo la tutoría de filósofos iluminados, Karl Ritter también
bajo la dirección de otro grupo de iluminados, escribía la antítesis que llevaría al nazismo y al racismo, utilizando la primigenia
ideología racista que surgió del Antiguo Testamento por la cual había que exterminar a naciones enteras por no pertenecer
a una raza determinada. Así los dirigentes usarán las diferencias de ambas ideologías para inducir la síntesis preparada de
un gobierno mundial que eliminará instituciones políticas y religiosas.
La dinámica de dicha dialéctica de la acción en todas sus manifestaciones
se alimenta mediante el hostigamiento, cuyo objetivo es el enfrentamiento de las civilizaciones, para el asalto final que
permita el control global desde Jerusalén. Cada problema, real o fabricado, se convertirá en una razón para llevamos a aceptar
ese gobierno mundial. La mayoría pensará que se trata de una conveniencia del momento, sin imaginar que la red se organizó
muchos años antes, con ese propósito de dominio.
La Guerra del Golfo (1991) está en línea con dicho hostigamiento. Abiertamente
George Bush padre anunció la instauración del Nuevo Orden Mundial. A partir de esa guerra, se creó un paralelismo entre la
ocupación iraquí y el conflicto árabe-israelí.
Con el pretexto del terrorismo islámico, desde EU se exacerba el odio de los
musulmanes contra Occidente y contra Israel. La operación dialéctica continuó su marcha con el resultado de que ya desde la
guerra de Kosovo (1999) el Pentágono pudo hacerse de un instrumento de intervención capaz de irrumpir en cualquier país del
mundo sin el consenso de la ONU. La OTAN dejó de ser un organismo de defensa para convertirse en uno de ataque, cambiando
el alegato del "anticomunismo" por el de "custodia de los derechos humanos".
Con los atentados del 11 de septiembre de 2001, los bombardeos sobre Afganistán en 2002 e Irak en 2003, avanzó el odio contra lo musulmán y bajo la consigna
de exterminar al terrorismo como principio, se dio pie a la intervención en Irak y la caída escenificada de Saddam Hissein.
En cuanto a los ataques a las Torres Gemelas una versión los atribuye a facciones del propio Estado Mayor y de inteligencia
norteamericanos. Thierry Meyssan, documenta cómo los atentados fueron sufragados desde el interior del aparato de estado norteamericano
y no por Osama Bin Laden, toda vez que los Bin Laden y los Bush son socios desde los años setenta y actualmente tienen inversiones
conjuntas en el Carlyle Partners II Fund de Londres. Ambos, a través de la CÍA, entrenaron y armaron a la jihad islámica.
Los implicados, sabiendo que vendrían los ataques a las Torres, retiraron
posiciones y realizaron operaciones diversas en la bolsa, durante los siete días
anteriores al ataque, tal como históricamente se ha hecho en momentos de inicio de operación dialéctica. Un antecedente famoso
se tiene cuando Nathan Rotschild informó a los ingleses que Napoleón había vencido en Waterloo, lo que le permitió adquirir
los bonos de la deuda inglesa a precio regalado y cuando se supo la verdad, amasó la inmensa fortuna que ahora posiciona a
la dinastía como una de las más poderosas del mundo. En el caso de las torres gemelas, los títulos de United Airlines se desplomaron
42%, y las de American Airlines sufrieron una caída del 39%. Operaciones similares se registraron con las opciones de venta
de Morgan Stanley Deán Witter &. Co., que se multiplicaron a doce por una durante la semana previa a los atentados. Igualmente
sucedió con las opciones de venta de las acciones de Merrill Lynch & Co, que se multiplicaron por 25, y con las acciones
de las aseguradoras Munich Re, Swiss Re y Axa. Estas grandes jugadas y ganancias provocaron que Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) informó, el 15 de octubre del 2001, que esos
rendimientos representan "el más importante delito por aprovechamiento ilícito de información privilegiada jamás cometido".
Informó además que la mayor parte de esas transacciones fueron al Beutsche
Bank y a su sucursal estadounidense Alex Brown mediante el procedimiento de portage, que asegura el anonimato de quienes realizan
las transacciones. Ambas firmas invocaron ese derecho y la Casa Blanca ordenó cerrar las investigaciones. A juicio de Meyssan,
esto se debe a que George Bush padre fue uno de los principales beneficiarios de los atentados.
Algunas de las firmas más beneficiadas con la guerra que resultó se
encuentran: Haliiburton, Alex Brown, el Carlyle Fund, Brown and Ropt y el Trireme Partners, todas ellas relacionadas directamente
con el grupo Bush.
El director de la firma Trireme Partners, Richard Perle, se vio obligado
a renunciar como director del Consejo de Política de Defensa, después de que Seymour Hersh publicó, en The New Yorker, que
Perle se reunió con el traficante internacional de armas Adnan Kashoggi y con Harb Zuhair, encargado de llevar a Trireme Partners
las inversiones sauditas para la guerra contra Irak. Esta reunión fue en Marsella, en enero de 2003, esto es, tres meses antes
del ataque a Irak. Henry Kissinger y Geraid Hillman figuran como socios de Trireme Partners y son también integrantes del
Consejo de Política de Defensa.
Por su parte, Hussein y el vicepresidente de los Estados Unidos, Richard
Cheney, habían sido socios de 1995 a 2000. A través de las filiales europeas
de la compañía Halliburton, de la que Cheney era presidente, le vendían a Irak las piezas de refinería que Bush padre y el
mismo Cheney, siendo Secretario de Estado, destruyeron en 1991, durante la guerra del Golfo.
Tras del auto-hundimiento del Maine y del provocado bombardeo en Pearl Harbor,
que permitió la entrada de EU a la II Guerra Mundial, se operó desde dentro de EU nuevamente la dialéctica de la acción: crear
un enemigo y provocar que el adversario golpee para justificar la acción militar.
El gobierno norteamericano obtuvo posicionamiento en el Mar Caspio y en el
Pérsico, la redimensión de la hegemonía israelí y se benefició con dos de las
más grandes reservas mundiales de petróleo.
En 2004 se operó una nueva fase del la dialéctica de la acción con la publicación
mundial de fotografías donde los soldados de EU aparecieron torturando y vejando a soldados prisioneros iraquíes, por un lado
y por otro el precio del petróleo aumentó de manera exorbitante, mientras que el ejército israelí incrementó sus ataques a
la población palestina en Jerusalén. El uso de esta dialéctica continuará hasta que la actual Jerusalén haya sido destruida
por completo y los judíos, junto con el anticristo firmen el tratado de paz e inicie la reconstrucción de esta ciudad, con
los planos que ya existen, así como la construcción del tercer templo.
El Papa bueno y el Papa malo
San Pablo advierte que el anticristo
aparecerá cuando sea removida la persona que "retiene" su aparición: "Tan solo con quitar de en medio a aquel que lo retiene
se manifestará el Impío" (2 Ts 2, 6-8). El mismo Señor lo expresó cuando dijo
a Pedro, “la roca” : “mira que satanás los ha reclamado para sacudirlos como trigo, pero yo he orado por
ti para que tu fe no falle y tú una vez vuelto, confirma a tus hermanos”. ( Lc. 31-32).
Este texto se refiere también
a que la oración de Cristo hará que la fe del sucesor de Pedro no falle, situación que lo confirma como roca, lo reafirma
como retenedor, antes, durante y después de ser sacudido como al trigo, lo cual
incluye también el ser quitado de en medio, aunque ni su oficio ni la oración de Cristo para él se modifican. Ser cribado
por satanás incluye quitarlo de en medio del lugar en que se encuentra. Es precisamente en este momento cuando aparecerá el
impío.
San Pablo señala que el Pontífice reinante en la pre-tribulación será apartado
violentamente de su lugar, al ser sacudido, para que se manifieste públicamente
el anticristo: "Herirá al pastor y se dispersarán las ovejas, y tomaré mi mano hacia los pequeños. Y sucederá en toda esa
tierra, oráculo de Yahvé, que dos tercios serán exterminados y el otro tercio quedará en ella" (Zac 13, 7-8).
Se manifiesta un paralelismo entre la Pasión de Jesús y la que sufrirá el
Papa y los cristianos fieles a él. También al tratarse de una profecía que se refiere al "Día de Yahvé", contiene un anuncio
para el Papa inmediatamente antes de la llegada del anticristo, haciéndole saber que habrá un ataque a su persona con la finalidad
de dispersar a las ovejas unidas a él y embestir contra los más débiles en la fe.
No dice que matará al pastor, sino que lo herirá. Esto implica que habrá un papa legítimo, el que fue quitado de en medio y otro ilegítimo o antipapa, conocido
como “profeta del anticristo” o “falso profeta”, que usurpará su magisterio y que será no solo el
líder de una Iglesia apóstata apartada de la doctrina cristiana. Esta "Nueva
Iglesia" reemplaza las exigencias morales, cosa que ya se vive en numerosas diócesis del mundo, por una doctrina que agrada
a los hombres, a la que ya nos han encaminado numerosos obispos con la desacralización y la escenificación tipo show en ceremonias
religiosas. Públicamente respaldará al anticristo como el Mesías esperado, así como se hizo creer que ya se ha cumplido el
Tercer Secreto de Fátima, con bombo y platillo.
El hecho de haber sido quitado de en medio, al haber huido de Roma para salvar
la vida, el Papa deberá guiar la Iglesia desde catacumbas, (¿desde México tal vez?) mientras en Roma el impostor avalará a
la bestia
Según algunas predicciones, el Papa saldrá huyendo de Roma en medio de una
violenta rebelión que buscará darle muerte. Habiendo logrado escapar, difundirán una falsa noticia sobre su entierro y será
nombrado un Papa ilegítimo, lo que provocará en la Iglesia enorme desconcierto, cisma y anarquía. Ese pastor espurio es la
Bestia del Mar a que se refiere San Pablo, que legitimará a la Bestia de la Tierra, otro nombre con que el Apocalipsis señala
al anticristo.
El Papa San Pío X dijo en 1909: "Yo vi a uno de mis sucesores huir sobre los
cadáveres de sus hermanos. Él tomará refugio disfrazado en algún lugar y después de un corto retiro, él morirá una muerte
cruel". Sofía María Gabrielle tuvo la revelación, en 1981, de que "Habrá una crisis en la Iglesia, centrada en el papado Vaticano,
en que la Iglesia quedará dividida en dos bandos". El beato Joaquín Piccolomini, en el siglo XIII, reveló que "Hacia el
final de los tiempos, el Papa será derrocado y la sede de Pedro será usurpada". La beata Ana María
Taigi, en el siglo XIX, también vaticinó que "La religión será perseguida y los sacerdotes masacrados, el Santo Padre se verá
obligado a salir de Roma".
San Pío de Pietrelcina vaticinó, al recién ordenado sacerdote Karol Wojtyla,
en 1947, que sería Papa y le dijo que en Roma habría derramamiento de sangre. En 1820 Ana Catalina Emmerick escribió: "Vi
una fuerte oposición entre dos Papas, y vi cuan funestas serán las consecuencias de la falsa Iglesia, vi que la Iglesia de
Pedro será socavada por el plan de una secta. Cuando esté cerca el reino del anticristo, aparecerá una religión falsa que
estará en contra de la unidad de Dios y de su Iglesia. Esto causará el cisma más grande que se haya visto en el mundo".
Malachi Martín, por treinta años exorcista, alertó: "Una conspiración diabólica de altos intereses políticos, financieros y religiosos se halla en disposición
de alcanzar su último objetivo, su utopía, instaurar una sociedad global, centralizada, socialista y atea. Los integrantes
de dicho complot, que sólo tienen en común su terrible sed de poder, planean hacerse con la más .antigua, perfecta y estable
maquinaria del mundo: el Vaticano. Y en el ojo del huracán está el Papa, un genio geopolítico cuya eliminación se revela como
solución a corto plazo. América, Europa y Rusia conforman el escenario de los dramáticos sucesos que tendrán lugar con el
último Papa, sucesos de una magnitud tal que bien podrían cambiar el curso de la historia".
Sólo hasta este momento se hará realidad las prédicas de algunas denominaciones
cristianas que identifican al Papa con la bestia apocalíptica y tendrán que corregir a identificar al falso Papa con el profeta
del anticristo.
Sólo existe un precedente histórico, en el que un Papa fue forzado a renunciar
para elegir a otro. Tras la muerte del Papa Nicolás IV, en 1292, los cardenales, eligieron a Pedro el Ermitaño como Papa quien
tomo el nombre de Celestino V y resultó ser estricto y austero, cosa que ya no
gustó a los cardenales. Seis meses después lo obligaron a renunciar. Temiendo un cisma, el sucesor ilegítimo Bonifacio VIII,
lo mantuvo ocultamente en prisión hasta que finalmente fue asesinado.
Nadie sabe "el día y la hora" en que todo esto sucederá. (Mt. 24, 36), pero por las señales sabemos que el inicio de la Gran Tribulación esta a la puerta.
Lucubrando sobre el tiempo, como lo hicieran algunos en el pasado y con las
precauciones del caso, son dignos de mencionarse los cálculos de Carlos Vidal Martínez, profesor de matemáticas espaciales
en la Escuela Militar de Madrid. Descubrió una cronología idéntica entre cada una de las epifanías marianas y la transpoló
a la semana de la pasión de Cristo y a las 70 semanas de Daniel. Concluye que el "viernes santo" de la Iglesia va de finales
del 2003 a mediados del 2007, que el "sábado santo" se sitúa entre el 2007 y el 2011, y que el "domingo de Resurrección" (retorno
de Jesucristo), será en el 2012.
Sabiendo que la 70a semana de Daniel dura siete años (al igual que las 69
anteriores) se puede deducir, que la Gran Tribulación comenzará en el año 2005 y terminará en el 2012. En el calendario maya
la historia humana actual concluye el año 2012.
México entre las naciones
México, como el resto de las naciones, presenta signos de predilección de
Dios y los mexicanos creemos que son singulares. Confiamos que tendrán su plenitud, y volcarán a todo el pueblo hacia la santidad,
cuando el Espíritu Santo en el Gran Aviso o Gran Advertencia --de la que adelante trataremos—inunde la tierra.
Sin embargo, estos signos históricos para el pueblo de México no pasan por
encima de las palabras de Cristo cuando dijo que “son muchos los llamados, pero pocos los elegidos”, esto es,
que la invitación es para todos, pero pocos la vivirán hasta sus últimas consecuencias.
Por ello no podemos decir que por el hecho de haber elegido a un pueblo, este será fiel hasta el final, aunque confiemos en que en el caso de México con la
efusión del Espíritu Santo todo el pueblo se vuelque a la conversión sincera y permanente para ser fiel hasta el último momento.
Lo que mejor hemos hecho como humanidad es demostrar al Señor que cuando se
elige a un pueblo, este termina utilizando las cosas santas para fines políticos y de poder. Esto ocurrió con el pueblo de
Israel e incluso ha ocurrido con nuestra Iglesia Católica, sin que por ello pierda la santidad de su ministerio.
Reiteramos que Dios no se arrepiente de su elección, Israel sigue siendo el
pueblo elegido y la Iglesia Católica es el Israel de espíritu, con la plenitud de la Gracia Santificante y de los auxilios
para la salvación y la santificación de los hombres. Esto no significa que en su interior no existan hombres perversos y malvados,
como lo expresa el misterio de la raíz de la cizaña mezclada con la del trigo, pero también hay hombres buenos y santos, muy
santos. Lo mismo ocurre en todas las sociedades de los hombres, hay buenos y malos, y ambos coexisten hasta que sean separados
por los ángeles de Dios.
En este sentido, México cuenta con vastos signos de la predilección divina,
pero ello no lo hace inmune de las consecuencias de las elecciones que libremente cada quien tome. Así podemos decir que no
todos son mexicanos auténticos, como no todos son judíos o católicos auténticos,
sino solamente aquellos que viven con todo su corazón, con toda su mente y con todo su espíritu lo que ello significa.
El Reino de Dios no proviene de la política ni de los poderes que el hombre
ha establecido en la tierra, por tanto, si bien el trabajo bien hecho en nombre de Dios para el bien del prójimo es santificador,
independientemente de la actividad lícita que se realice, y contribuye a la edificación del Reino de Dios, no lo son las acciones
planeadas meticulosamente para infiltrar al poder político o económico con la idea de que algún día se podrán servir de esos
instrumentos para utilizarlos para el bien. Un árbol malo no puede dar frutos buenos.
Esta estrategia que han puesto en marcha organizaciones que dicen ser cristianas,
católicas, no viene a ser sino un engaño más del demonio cuando los medios que utilizan dejan de lado la santificación propia
a través del servicio que implica el mandamiento nuevo que Cristo nos dejó: “que se amen los unos a los otros como Yo
los he amado.” (Jn. 13. 35-35). No es más importante llevar a cabo los planes humanos de avance estratégico en nombre
de Dios, que servir al prójimo, que perdonar al hermano o buscar la salvación del “enemigo” con sacrificios y
oraciones.
Así encontramos a personas que han dedicado toda su vida a trabajos que consisten
en infiltrar a gobiernos, instituciones de poder, incluso hasta la propia Iglesia, con el objeto de obtener el control para
desde allí hacer un supuesto bien.
Cristo dejó bien claro cuales son los medios de la salvación del hombre y
ninguna estrategia humana que los manipule, o los utilice para hacerse del poder, puede servir a Cristo, ni siquiera a sí
mismo. Estas acciones vienen a ser ni más ni menos que una forma más con la que el demonio expande su reino fugaz, engañando,
como Cristo lo advirtió incluso a los elegidos.
Aquel que tenga la fe y la
esperanza, pero que no tenga la caridad, se engaña, como bien dijo San Pablo. Como lo expresa el libro de la Revelación, quien
tenga el sello del anticristo en su mano o en su frente, será precipitado junto con la bestia. Quienes no tengan la imagen
de Cristo, tienen la de la bestia. Aunque alguien esté en el banquete real, pero no tenga puesto el traje de bodas, será echado
fuera. Habrá quienes se vuelquen tras su vida de desamor a Dios, llenos de la compunción y el don de lágrimas, pero entre
ellos habrá quienes vivan la efusión del Espíritu Santo como lo dijo Nuestro Señor, como semilla que cae en el camino, y otros
las preocupaciones del mundo los absorberán, otros la gran tribulación los bloqueará y otros de plano, como en el caso de
los parientes del rico Epulón¸ “si no escuchan a Moisés y a los Profetas, ni aunque resucite un muerto se convertirán”.
(Lc. 16. 31).
Aclarado eso, sabemos que es
católico el que vive como tal, que es judío el que vive como tal y que tiene la elección de los signos que Dios ha escrito
para México, el que se adecua a ellos, por lo que no todo el que grita “¡Viva el Papa!” está verdaderamente con el Papa, aunque se haya reunido con él, tal cual no todo el que diga Señor, Señor entrará en el Reino de los Cielos (Mt. 7. 21-27), y tampoco el hecho de que Jesús
haya predicado en nuestras plazas o curado a nuestros enfermos es garantía de nada. Solamente los que cumplan la voluntad
de Dios son los elegidos. Por tanto, unas señales no garantizan que el pueblo al que le fueron entregadas se salvará masivamente,
o que será por ese simple hecho un soldado de Cristo. Un extranjero puede ser más israelita que uno que haya nacido en aquella
tierra, como lo constató el mismo Señor con extranjeros que tenían más fe que todos los judíos. Uno que no sea mexicano que
viva el perfil de lo expresado en las señales de Dios, es más mexicano que miles de nosotros gritando ¡Viva el Papa!, pero
que en nuestra vida diaria nos comportamos como paganos.
Puntualizado lo anterior pasemos a las señales.
Refiriéndose al legado que la Virgen María dejó en el cerro del Tepeyac, el
Papa Benedicto XIV aplicó a la nación mexicana lo expresado por el Rey David que se refiere a Israel: Dios no hizo cosa semejante
con ninguna otra nación.
La predilección de la Virgen de Guadalupe por México brillará entre las naciones
durante la Gran Tribulación, cuando se distinga la acción espiritual de quienes nazcan de María, con la imagen perfecta de
Cristo, consumándose el sentido de la revelación de la imagen de Nuestra Señora cuando se apareció encinta en el ayate de
Juan Diego. Este hecho proclamará la lucha entre la "Mujer vestida de sol" y la "Serpiente", batalla que culmina con la victoria
final de la Mujer y con la renovación admirable de todo el orden cósmico y humano.
La presencia de María en México ha tenido la finalidad de preparar a los mexicanos
–y a todos, sin importar raza o nación--- que quieran revestirse de su pureza y nacer de sus entrañas a fuerza de acciones
santas, con el cumplimiento asiduo de los 10 mandamientos en una conversión de costumbres diaria al modo de María, con las
que adquirirán la perfecta imagen de su hijo Jesucristo y habrán construido así el templo eterno que ella mandó edificar.
La misión de quienes tengan este perfil en los Últimos Tiempos, será la de
constituir la verdadera Iglesia de Cristo y proclamarla frente a la impostura demoniaca del anticristo y su profeta y anunciar
el verdadero retorno de Jesucristo, tal como Él lo manifestó, glorioso y desde el cielo, entre las nubes, rodeado de sus ángeles.
Al mismo tiempo testimoniarán ante el mundo, su fidelidad al Papa legítimo. Será la gracia de quienes hayan logrado construir
en ellos al templo de Dios que ordenó la Virgen de Guadalupe, quienes tendrán el mandato y el carisma especial de adhesión
al Papa legítimo, los cuales despuntarán espontáneamente al momento del caos y la división.
Iniciando en México, se levantarán las voces que proclamarán a María como
Corredentora, y es hasta este momento, que la disputa teológica en torno al papel de María, tendrá punto final. La controversia
forma parte del antagonismo soterrado que en su momento se hará manifiesto, y tiene que ver con el desarrollo de los acontecimientos
en Roma.
La canonización de Juan Diego inició la construcción del templo que la Virgen
de Guadalupe ordenó edificar, con almas y cuerpos de hombres, mujeres y niños, de toda raza pueblo y nación. Ese es el verdadero
templo de Dios, el que Él quiere, porque todos los demás serán destruidos, como adelantó el Señor cuando los discípulos no
alcanzaban a ver que el templo que Dios ama es el templo del cuerpo de Cristo, que habremos de edificar una vez que nos convirtamos
a Él con la compunción del corazón, como estado permanente de nuestras almas, en María, modelo de todo templo que los hombres
quieran edificar para Dios, porque fue instituido por Dios Mismo, por cada una de sus tres divinas personas.
Con la canonización de Juan Diego, el Papa Juan Pablo II reconoció que la
imagen de María no solamente estaba impresa en el ayate, sino sobre todo, en el alma de este santo varón y que con el trabajo
de construir el templo que la Virgen mandó, ni más ni menos que adquiriremos esa misma imagen en nuestras almas y con ello
se consumará el nacimiento que anuncia esta misma imagen, al aparecer encinta: el nacimiento de Cristo en cada uno de quienes
quieran cumplir con el mandato.
La esencia de la aparición de la Virgen María en México se revelará en su
plenitud cuando la Mujer, perseguida por la Serpiente, huya al desierto con las alas del águila, para refugiarse, ser alimentada con la santidad, y preparar la victoria de su Hijo.
La mujer, que es figura de la Iglesia, se refugiará en el desierto, que es
figura del lugar de penitencia, o mejor dicho, del lugar donde muchos cristianos alcanzaron la santidad plena, el lugar donde
el hombre se encuentra en intimidad con Dios. Allí será alimentada con la gracia santificante (Mc. 3. 34-35), con la plenitud
de las virtudes, con las plenitud de la obras de caridad, con la plenitud del don de lágrimas que nos obtiene la compunción
del corazón (Lc. 7. 47) y con la pureza de corazón (Mt. 5. 8) que permite ver a Dios y que alcanzaremos en María con la Virginidad
de Espíritu. Y también con el sufrimiento de la persecución. Así se prepara la victoria final de Cristo.
En los Últimos Tiempos este habrá de ser el papel de los mexicanos que acepten
la elección y de quienes quieran ser mexicanos de espíritu, como lo fue el Papa Juan Pablo II.
El libro "Quetzalcóatl y Guadalupe", de Jaques Lafaye cita sermones del siglo
XVIII: "La Virgen María, aparecida en su imagen de Guadalupe, dotó a los mexicanos de un carisma de identificación con la
Mujer del Apocalipsis. Al referirse a las profecías atribuidas al apóstol San Juan, dejaba ver en la mariofanía del Tepeyac
el anuncio del Fin de los Tiempos, a los cuales subsistirá la Iglesia parusíaca de María. Del mismo modo que Dios había elegido
a los hebreos para la encarnación de su Hijo Jesús, del mismo modo María, la redentora del Final de los Tiempos, la que triunfará
sobre el reino del anticristo, quiso elegir a los mexicanos".
México nace con el símbolo del águila devorando a una serpiente, lo que implica
no solamente el trabajo que cada mexicano debe realizar de eliminar el mal que lleva dentro y que manifiesta en sus actos,
sino que implica una misión trascendente que se revela plenamente al final de los tiempos, en el que María quebrantará la
cabeza de la serpiente, la que rige sus acciones, para dar cumplimiento al designio divino que anuncia el retorno glorioso
de Cristo.
En el contexto apocalíptico, el águila y la serpiente figuran a las dos mujeres
de la Revelación: la mujer vestida de sol y la gran ramera. La primera es sin duda la Virgen Santísima de Guadalupe, encinta, y también lo es la Iglesia verdadera. La segunda es la iglesia falsa, la simiente
de la bestia. El trigo y la cizaña, el verdadero pueblo de Israel y la burda imitación satánica. En este sentido, será en
México, más que en cualquier otra parte del mundo, donde se vivirá a la santidad en su máxima expresión, al igual que la perversión
en su máxima expresión. Esta última caracterizada por la serpiente, la simiente del anticristo, el misterio del que escribió
San Juan: “ver en el lugar de la religión verdadera, en el lugar de la Iglesia verdadera, a la religión prostituida,
a la Iglesia falsa; en el lugar del santo de los santos, al misterio de la iniquidad; en el lugar del sacramento de la salvación
al signo de la perdición, al maligno”, como expresa Luis Eduardo López Padilla en “El Sol Eclipsado” .
Este símbolo implica también que en nuestra patria habrán de enfrentarse el
bien contra lo más acérrimo del mal, que si bien existirá una simiente de la luz, también aquí estará la simiente del mal,
que irremisiblemente habrá de perecer con la Parusía de Cristo. Por un lado, la nación está llamada a convertirse en águila
que devora a la serpiente, y por otro existe una simiente perversa, la más perversa del mundo, que buscará aniquilar al águila,
en una lucha singular que se dará en lo individual y en lo colectivo.
La mujer ramera estaba "embriagada con la sangre de los santos y con
la sangre de los mártires de Jesús" (Apoc. 18, 6) hacía lo que Cristo maldijo: "Ay de vosotros que edificáis tumbas suntuosas
a los antiguos profetas, y si hubiesen vivido en su tiempo, les hubieses dado muerte, como lo hicieron vuestros padres, y
como estáis a punto de hacer conmigo, que soy el profeta sumo, el Mesías prometido” (Cfr. Lev. 11, 47; Mt. 23, 29).
La gran ramera se hartará y gozará exterminando y persiguiendo a los santos, y
a semejanza de los contemporáneos de Jesús, derramará la sangre de los profetas inocentes, la sangre de los mártires de los
últimos tiempos.
El águila, la Mujer vestida del sol, padecerá "dolores de parto", y por su parte el Dragón (la serpiente) estará a punto de
tragar a su hijo, que se va a salvar de milagro, por intervención divina; y ella
se va a salvar, es decir, la Iglesia Verdadera, porque huirá al desierto, como ya explicamos, a la soledad con dos alas de
águila, y aún allí la perseguirá la oleada de agua sucia que el Dragón vomitará contra ella y que la tierra se tragará, esto
es, que la humildad de María, como sello de esta Iglesia confundirá la soberbia del dragón y esto la preservará de sus acechanzas.
La mujer vestida de sol, ya alimentada con los frutos del desierto, --habiendo edificado en sí misma, con cada uno de los
hombres mujeres y niños que la constituyen el templo que la Virgen de Guadalupe ordenó construir y cuando cada uno refleje
la imagen de Cristo en su alma, la verdadera imagen de María, que es la más perfecta imagen de Cristo, con el fuego purificador
y el crisol del sufrimiento—tendrá las medidas, los adornos y las caractrísticas de la nueva Jerusalem, "engalanada
como una novia ataviada para su esposo" (Apoc. 21 y 22).
El águila, la Mujer vestida de sol con la luna a sus pies y en su cabeza una
corona de doce estrellas, es la Iglesia de los últimos tiempos, la Iglesia fiel a Cristo su esposo que será llevada al desierto
para alimentarse con los frutos celestiales con los que allí Dios alimenta a los santos: la compunción del corazón, el don
de lágrimas, la virginidad de espíritu, el cumplimiento de los 10 mandamientos, las tres virtudes teologales y cardinales,
los 7 dones del Espíritu Santo las siete virtudes capitales, las 14 obras de misericordia, la pobreza, obediencia y castidad;
la estabilidad, la conversión de costumbres, la perfecta semejanza con María, las virtudes de las virtudes de las siete iglesias,
todos los oficios de las parábolas del Evangelio; todas las virtudes de los santos fundadores de congregaciones y órdenes
religiosas y todo lo que no alcanzamos a entender por lo que Dios eligió a María para ser su Hija, Madre y Esposa, trono y
sagrario de la Santísima Trinidad.
Estará revestida para las bodas del cordero,
con el anillo de compromiso que Dios le habrá dado con la efusión del Espíritu Santo y llena de amor a sus ojos.
La serpiente, la mujer ramera y blasfema es la religión adulterada, la falsa
iglesia de los últimos tiempos que sumará todas las perversiones de todas las religiones para pretender hacer una sola antiiglesia
con un solo antipastor, estará encabezada por un falso profeta por un papa falso y por un falso mesías, el anticristo. Prostituida
y teniendo como sacramentos a los poderes de este mundo y a toda perversión humana,
estará asentada sobre la formidable potencia política, tiránica y militar que desarrollará el nuevo orden mundial para que
surja en breve el imperio del anticristo.
Otro signo para los mexicanos
es la peregrinación de los aztecas hacia el lugar donde se edificaría la Gran Tenochtitlán simboliza el camino del guerrero
de Cristo hacia su iluminación y santificación, para poder convertirse en fundador de la ciudad de la luz, el cual no excluye
la entrega de la vida y el sufrimiento que se menciona para poder entrar al desierto donde adquirirá la ciudadanía divina.
El Himno Nacional es otro símbolo grandioso que expresa el destino de los
mexicanos. Por ello inicia con una llamado de alerta: “Mexicanos, al grito de: ¡Guerra!, el acero aprestad y el bridón,
y retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón”.
El triunfo glorioso de los hijos del águila también se expresa en este canto,
quienes recibirán el galardón de la paz de los Hijos de Dios, tras la batalla, así como el destino trascendente: “Ciña ¡oh Patria! Tus sienes de oliva, de la paz el arcángel divino, que en el cielo tu eterno destino,
por el dedo de Dios se escribió”.
También se expresa el perfil de los mexicanos que habrán de expulsar al “extraño
enemigo”, el anticristo: “Mas si osare un extraño enemigo, profanar con su planta tu suelo, piensa ¡Oh Patria
Querida! Que el cielo, un soldado en cada hijo te dio”.
El poder y la virtud de los hijos del águila María también se expresa en el
Himno que se refleja en la estrofa: “Antes Patria que inermes tus hijos, bajo el yugo su cuello dobleguen, tus campiñas
con sangre se rieguen, sobre sangre se estampe su pie. Y tus templos, palacios y torres, se derrumben con hórrido estruendo,
y sus ruinas existan diciendo: ¡De mil héroes la patria aquí fue!”
Esta estrofa hace clara alusión a la batalla final, al periodo de la Gran
Tribulación de la cual los hijos del águila serán transformados gloriosos al igual que Cristo.
El Señor dice en el libro del Eclesiástico (39.13-21): “Oídme, hijos
santos, y floreceréis como rosal que crece junto al arroyo. Derramad suave aroma como incienso y floreced como el lirio, exhalad
perfume suave y entonad cánticos de alabanza. Bendecid al Señor en todas sus obras... Las obras del Señor son todas buenas;
sus órdenes se cumplen a tiempo, pues todas se hacen desear a su tiempo; a un mandato suyo se cumple lo que Él quiere y no
hay quien impida su obra de salvación... Extiende su mirada desde el principio hasta el fin de los siglos y nada hay admirable
ante Él. No hay lugar para decir “¿Qué es esto?, ¿Para qué es esto?” Todas las cosas fueron creadas para sus fines”.
La elección de convertirse en águilas, hijos de María o de ser hijos de la
serpiente, es de cada uno.
El trabajo de Benedicto XVI
Tras el trabajo del sol, que era el símbolo de Juan Pablo II, viene la gloria del
Olivo, que es el símbolo del Papa Benedicto XVI, y que representa la paz del orden que ha emprendido para la Iglesia, con
la ortodoxia. Es una especie de triunfo, análoga a la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, tras de la cual el Señor sacó
del templo a los vendedores y directamente cimbro a los poderes terrenales de quienes se habían apoderado del templo para
sus fines personales de poder y riqueza.
Es posible que en esa misma analogía lo que sigue es la pasión, muerte
y resurrección del Cuerpo Místico de Cristo, ya que a toda acción corresponde una reacción en sentido opuesto y de estar en
lo cierto, el traidor ya ha negociado con los poderosos del mundo, para entregar al representante de Cristo en la tierra,
con lo que se aproxima el jueves y el viernes santo de la Iglesia. Una señala de ello puede ser la profusa propaganda con
la que fue anunciado en todo el mundo “El evangelio de Judas”, acompañado del cual en todo el mundo se difundió
la versión de que Judas no fue traidor, sino que “ayudó” a Jesús a cumplir su misión por habérselo pedido el mismo
Señor. Incluso se resaltó a Judas como “el valiente”, y “el único que acepto ese trabajo que pedía Jesús”.
A nuestro modo de ver las cosas, eso viene a preparar también el camino
del Judas colectivo que entregará al cuerpo místico de Cristo al sufrimiento y a la muerte, pero resucitará al tercer día.
Qué
ocurrirá primero y qué después
Una de las dificultades que han encontrado los estudiosos de La Revelación
es la secuencia de los eventos anunciados, dificultad que se irá diluyendo en la medida en que avancen los sucesos y la Gracia
de Dios se manifieste por medio de los elegidos.
Aquí anotamos el orden con el que muchos concuerdan, y que consiste en que
el periodo denominado Últimos Tiempos, es el que engloba a los siguientes eventos: La Gran Tribulación, El Gran Aviso, el
reinado del anticristo, la batalla del Armaguedón, El Milagro, El Castigo y El
Juicio de las Naciones, y finalmente, la Parusía de Nuestro Señor Jesucristo. Los siguientes eventos marcan la era del universo
regenerado, con la conclusión de la historia humana en la tierra: la segunda venida de Nuestro Señor Jesucristo, El Juicio Final El Reino de mil años de los Corazones de Jesús y María.
No hay aún acuerdo entre los estudiosos sobre la secuencia de algunos de estos
sucesos ni de su duración en el tiempo como lo conocemos, por lo cual nos avocaremos exclusivamente a explicar lo que tenemos
en vísperas.
La Gran Tribulación dura siete años e inicia con el periodo de tres años y
medio de ascenso del anticristo y es precisamente durante este primer periodo, en el que ocurrirá lo que se llama El Gran
Aviso o la Gran Advertencia o simplemente la advertencia. En este mismo periodo y después de la advertencia vendrá El Milagro.
A finales del segundo periodo de tres años y medio, que coincide con el reinado del anticristo vendrá El Castigo, que es el
Juicio de las Naciones.
Durante la Gran Tribulación, en curso o después de la advertencia y
del milagro y previo al castigo, ocurrirá la venida, predicación, prodigios, muerte a manos del anticristo, la resurrección
y elevación al cielo de los dos testigos de Dios, que son, según la tradición, los profetas Enoch y Elías. Estos profetas
“echarán fuego por la boca, que quema por completo a sus enemigos; así morirá cualquiera que quiera hacerles daño...
tienen el poder para cerrar el cielo, para que no llueva durante el tiempo en que estén hablando de parte de Dios y también
tienen el poder para cambiar el agua en sangre y para hacer sufrir a la tierra con toda clase de calamidades, tantas veces
como ellos quieran. Pero cuando hayan terminado de dar su testimonio, el monstruo que sube del abismo, los atacará, los vencerá
y los matará. Sus cadáveres quedarán tendidos en las calles de la gran ciudad donde fue crucificado su Señor... Y por tres
días y medio la gente de distintos
pueblos, razas, lenguas y naciones verá sus cadáveres y no dejará que los entierren. Los que viven en la tierra se alegrarán
de su muerte. Estarán tan contentos que se harán regalos unos a otros, porque aquellos dos profetas eran un tormento para
ellos. Pero al cabo de los tres días y medio, Dios los revivió y se levantaron otra vez, y todos los que los vieron se llenaron
de miedo. Entonces los dos testigos oyeron una fuerte voz del cielo que les decía: ¡Suban acá! Y subieron en una nube y sus
enemigos los vieron. En aquel mismo momento hubo un gran terremoto y a causa
del terremoto se derrumbó la décima parte de la ciudad y siete mil personas murieron. Los que aún quedaron con vida, llenos
de miedo alabaron a Dios que está en el cielo.” (Apoc. 11. 4-13).
Es posible que los enemigos de Dios digan que estos testigos son extraterrestres
que vienen a preparar la invasión de la tierra, como ya desde hace años la ideología dominante viene advirtiendo a través
de numerosas películas.
También durante o después de la advertencia y el milagro, y previo
al castigo, ocurrirá la exaltación de los Apóstoles de los Últimos Tiempos, o de los Santos de los Últimos Tiempos.
San Luis de Montfort (1673-1716) escribió: "En la Segunda Venida del Señor,
María será dada a conocer de una manera especial por el Espíritu Santo, de modo que por su medio, Jesús sea mejor conocido
y servido...María brillará más que nunca en esos últimos días para hacer volver a los pobres pecadores que se han descarriado
de la Familia de Dios...Sin embargo, las almas endurecidas por la impiedad provocarán una rebelión terrible contra Dios, tratando
de descarriar a las almas (incluso a las se opongan a la rebelión), y causarán que muchos caigan como consecuencia de sus
amenazas, acechanzas y promesas halagüeñas... Satanás, sabiendo que le queda poco tiempo, redoblará sus esfuerzos y sus ataques.
Conjurará crueles persecuciones y tenderá terribles asechanzas en el camino de los fieles... María elevará a los apóstoles
de los últimos tiempos para que luchen contra el maligno... Serán pequeños y pobres ante los ojos del mundo y hasta perseguidos
por otros miembros del Cuerpo de Cristo”. (Mt. 10. 21-24).
Estos Apóstoles de los Últimos Tiempos serán especialmente formados
por la Santísima Virgen María, seleccionados de entre los hombres, y su misterio radica en que serán pequeños y pobres ante
los ojos del mundo (Lc. 21. 4) y hasta perseguidos por otros miembros del Cuerpo de Cristo, pero tendrán gran celo por la
voluntad de Dios, por su templo que es la Virgen y gran poder para obtener victorias formidables en orden de la gracia, y
una gran conciencia de quienes sirven, que dicen de sí: “Siervos inútiles somos, sólo hemos hecho lo que teníamos que
hacer” (Lc. 17. 10).
Ellos serán reunidos no solamente del seno del catolicismo (Lc. 9.
49-50), sino de todas las religiones y pueblos (Lc. 14. 15-24), una vez convertidos por la efusión del Espíritu Santo en el
día de la Advertencia.
El profeta Zacarías menciona que vendrán de todas las naciones: ““Canten
de alegría, habitantes de Jerusalén, porque yo vengo a vivir entre ustedes”. Cuando esto suceda, muchas naciones se
unirán al Señor. Y Él dirá: “También estas naciones serán pueblo mío, y Yo viviré entonces entre ustedes””
(Zac. 2. 10-11).
Incluso podrán haber sido grandes pecadores en su vida anterior, y
cuya compunción los convierta en apóstoles. “Mucho se le ha perdonado, porque mucho ha amado”, dijo el Señor (Lc.
7. 47), y también dijo: “Los últimos serán los primeros” (Mt. 20. 16). Ayer como hoy y como mañana, está abierta
la puerta para que los publicanos y las prostitutas se adelanten en el reino de los cielos, porque hay más alegría en el cielo
por un pecador que se arrepiente que por 99 justos que no necesitan arrepentirse (Lc. 15. 7), esto es que es más agradable
a los ojos de Dios, un corazón contrito (Sal. 50. 17) que uno que cree que no necesita de contrición (Lc. 18. 9-14).
También participarán aquellos que desde antes se hayan convertido a
Dios por María, provenientes de distintos grupos religiosos y cada uno tendrá inscrito en su corazón por María la obra que
deberá realizar: “Yo, el Señor, protegeré a los que viven en Jerusalén.
Los más débiles serán tan fuertes como el Rey David, y los descendientes de David serán como Dios, como el ángel del Señor,
que va frente de ellos. En aquel tiempo destruiré a cualquier nación que ataque a Jerusalén” (Zac. 12. 8-9).
San Luis de Montfort escribió: "...el Altísimo y su Santa Madre formarán grandes
santos para Sí, que sobrepasarán a la mayoría de los otros santos en santidad, como los cedros del Líbano sobrepasan a los
pequeños arbustos. Estas grandes almas llenas de gracia y fervor, serán elegidas para enfrentarse con los enemigos de Dios,
los cuales descargarán su furia por todas partes. Estas almas serán especialmente devotas a Nuestra Señora, iluminadas por
su luz, fortificadas por su alimento y guiadas por su espíritu, sostenidas por su brazo y cobijadas bajo su protección, así
pelearán con una mano y construirán con la otra. Lucharán con una mano, derrocando y aplastando a los herejes con sus herejías,
a los cismáticos con sus cismas, a los idólatras con sus idolatrías y a los pecadores con sus impiedades...a través de sus
palabras y su ejemplo atraerán a todo el mundo a la verdadera devoción a María. Esto les acarreará muchos enemigos, pero también
muchas victorias y mucha gloria sólo para Dios.”
El Gran Aviso
El Señor exclamó: “Yo he venido a prender fuego en el mundo;
y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo!” (Lc. 12. 49). Por El Gran Aviso o Advertencia, cada hombre, mujer y niño,
vivirán el estado de su alma mediante la iluminación de su conciencia, de su inteligencia. El fuego del Espíritu Santo con
la divina verdad penetra en el corazón, en el alma y en la mente de toda la humanidad y cada persona verán su vida. Será un
magnánimo, extraordinario y único regalo de misericordia que vendrá de Dios para que nos convirtamos a Cristo en María.
Zacarías proclama: “Colmaré
con mi Espíritu de bondad y oración a los descendientes de David y a los habitantes de Jerusalén. Entonces mirarán al que
traspasaron, y harán duelo y llorarán por él como por la muerte del hijo primogénito.
Se hará en Jerusalén un duelo tan grande como el duelo por Hadad-rimón en la llanura del Megido. Familia por familia, cada
una por su lado harán duelo en el país..” (Zac. 12. 10-12).
Se ha denominado “Gran Aviso” o “Advertencia”
a esta efusión del Espíritu Santo, debido a que es más fácil de entender que se trata de una oportunidad, aunque estrictamente
se trata de un regalo de Dios, exclusivo, único e irrepetible en la forma como se dará.
Esta efusión del Espíritu Santo producirá la iluminación en todos los
hombres. No es que haya estado fuera de su alcance siempre y solamente hasta este momento pueda acceder a ella, sino que solamente
los pocos que han querido regirse por la voluntad de Dios con generosidad la han alcanzado en todos los tiempos.
San Juan de la Cruz explica en qué consiste este camino, en la “Subida
al Monte Carmelo”, y Santa Teresa de Jesús en “Las Moradas”. En general se trata de un estado del alma que,
avanzada ya en el camino de enderezar el corazón a los preceptos de Dios, ha purificado sus sentidos externos e internos y
entra en la “noche del espíritu”, en que habrá de desprenderse de todo lo terreno para prepararse a la unión con
Dios.
En la teología mística se llama “vía iluminativa”, que
viene después de la “vía purgativa”. Así, la Advertencia conjunta
tanto las purgaciones activa y pasiva de los sentidos, con las purgaciones activa y pasiva del espíritu, como la iluminación
interior que viene a consecuencia de estas.
Por esto decimos que se trata de un regalo magnánimo de Dios (Mc. 2.
17) al hombre, porque a la Advertencia se aplica perfectamente la parábola de los trabajadores que fueron contratados al final
de la jornada, y que sin embargo recibieron el mismo salario que aquellos que trabajaron todo el día (Mt. 20. 1-16). “Los
últimos serán los primeros”, no por merecimientos propios, sino por la gran bondad de Dios. (Mc.10. 31).
Alegrémonos, porque a muchos, el alcanzar este regalo de Dios, les
costo ir al desierto y hacer penitencia años enteros y a otros les ha costado años en monasterios y conventos, a otros muchos
años de vida matrimonial. Estos fueron contratados, unos al principio de la jornada, y otros a media jornada. Los últimos
deben estar dispuestos a amar más al dueño del viñedo, toda vez que dará el mismo salario que a aquellos, por unas cuantas
horas de trabajo, y también porque les habrá perdonado más.
Ciertamente el regalo implica un gran sufrimiento para todos, y es
por ello que las revelaciones privadas adelantan que muchos “morirán de la impresión”, lo cual se debe a que todos
veremos nuestras iniquidades una por una y daremos cuenta que desde lo profundo de nuestro ser sale por sí solo el sufrimiento
de la compunción del corazón, de vivir con todo el ser el arrepentimiento por cada uno de esos actos, incluso los más pequeños
(Mt.12. 36-37), pues se nos revelarán como actos de desamor. Así, el sufrimiento proviene de la disposición de la persona,
de querer jamás haber cometido tales actos, por lo que acepta ese sufrimiento y lo deja brotar, hasta que quede saldada la
deuda. Querrán todas las personas ir a pedir perdón a quien ofendieron (Lc. 12.57-59), aunque aquella persona no se acuerde
del hecho o no le haya dado importancia. Incluso el hecho de que aquel hermano no crea necesario perdonar, por considerar
insignificante el acto por el cual se le pide perdón, producirá llanto amargo. Eso sucederá con todas las acciones desde que
tenemos uso de razón. Al mismo tiempo se vivirá en efecto, como una ofensa hecha
a Cristo, por lo que sufriremos aquello que dijo el Señor: “Aquello que dejaron de hacer a uno de estos, mis más pequeños
hermanos, conmigo lo dejaron de hacer” (Mt. 18. 6-7; 25. 45) y también cuanto no hemos perdonado se sufrirá (Mt. 18.
23-35). Todos tendremos la oportunidad de convertirnos en el Hijo Pródigo, y el Señor, al vernos retornar (Lc. 11. 11-13)
, se enternecerá profundamente y correrá a nuestro encuentro, con abrazos y besos (Lc. 15. 11-24).
Esta presencia del Espíritu Santo es la que claman diariamente quienes rezan en la Iglesia la Liturgia de las Horas a la hora de Tercia –algunos
sin darse cuenta y muchos ya ni rezan esa hora, admirablemente conservada inmutable en los monasterios y que instauramos para
todos los portadores de la Cruz de Cristo Crucíferos, desde México para todo el mundo. Veni Creator Spíritus. Mentes tuorum
visita, Imple superna Gratia que tu creasti pectora. Ven Espíritu Creador, ven a las mentes de los tuyos, llena de gracia
celestial las mentes y los pechos que tu creaste. Esta oración se ha mantenido en el pueblo de la siguiente manera: “Ven
Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, enciende en ellos el fuego de tu amor, y todo será creado y se renovará
la faz de la tierra”.
Tenemos algunos mensajes de la Santísima Virgen respecto de este aviso.
En la Fiesta de Pentecostés, el 22 de mayo de 1988, el mensaje de Nuestra Señora al Movimiento Sacerdotal Mariano al respecto
fue el siguiente: "...El Espíritu Santo vendrá como un rocío celestial de gracia y de fuego, que renovará el mundo entero.
Bajo Su irresistible acción de amor, la Iglesia se abrirá para vivir la nueva era de su más grande santidad y resplandecerá
con una luz tan fuerte que atraerá a todas las naciones de la tierra. El Espíritu Santo vendrá para que se cumpla la voluntad
del Padre Celestial y el universo entero vuelva a reflejar su inmensa gloria. El Espíritu Santo
vendrá para instaurar el Reino de Cristo y será un Reino de gracia, de santidad, amor y paz. Con su Divino Amor abrirá las
puertas de los corazones iluminará todas la conciencias. Cada hombre se verá a sí en el fuego abrasador de la Divina Verdad.
Será como un juicio pequeño. Luego Jesucristo establecerá su Reino Glorioso en el mundo. El Espíritu Santo vendrá por medio
del triunfo de mi Corazón Inmaculado." El 2 de octubre de 1992, Nuestra Santísima Madre dijo nuevamente al Padre Gobbi cuan
milagrosa será realmente la advertencia. Será algo tan grandioso que sobrepasará todo lo que ha sucedido desde el principio
del mundo.
En efecto, gracias a esta advertencia, la humanidad verá impreso en su corazón
y en su entendimiento, la grandeza del sacrificio de Cristo en la cruz, de la Eucaristía, se dará cuenta de cuanto nos ha
amado el Padre que entregó a su Hijo Unigénito quien por su enorme amor por el padre y por nosotros, se entrego a una muerte
y una muerte de cruz. Veremos el ridículo amor que hemos tenido por Él, ocupados y preocupados por tonterías. También se imprimirá
en nosotros lo que María es para cada persona de la Santísima Trinidad y como también Ella nos ha redimido, en su papel de
corredentora. En fin, quien desprecie este regalo, realmente merecerá la condenación eterna.
A través de una vidente estadunidense, el Señor resume en 12 puntos lo que
ocurrirá con la advertencia:
1.-Será universal, todas las personas del mundo la vivirán;
2.-El mundo entero cesará toda actividad, para centrarse
exclusivamente en la advertencia que estarán viviendo todos;
3.-Todas las personas exclamarán su arrepentimiento;
4.-Muchos pecadores querrán morir;
5.-El Espíritu Santo levantará a los pecadores de su estado;
6.-Las iglesias estarán llenas de penitentes;
7.-El dolor y la confusión llegarán al máximo en todo el
mundo;
8.-Los sacerdotes deberán administrar el sacramento de
la confesión las 24 horas del día;
9.-No habrá “vida normal”;
10.-Toda la humanidad comprenderá lo que es la verdadera
caridad;
11.-Los fuertes deberán cuidar de los débiles.
Por último conviene anotar
lo que Jesús dijo a la Sor Faustina, beatificada en 1993: “Antes de regresar como Justo Juez, volveré como Rey de Misericordia. Antes de que llegue el día de la justicia daré la siguiente señal al
mundo: Toda luz en el cielo se extinguirá y habrá una gran oscuridad en toda la tierra. Entonces aparecerá la señal de la
cruz en el cielo y de las aberturas en donde estuvieron clavadas mis manos y mis pies, irrumpirá una gran luz que iluminará
la tierra por un tiempo”.
Otras revelaciones indican
que este periodo de oscuridad será de tres horas, el cual servirá para la efusión del Espíritu en que consiste el aviso. Cabe
notar que ello implica que a lo largo de los sucesos finales, habrá dos periodos de oscuridad, como fenómenos cósmicos, este
que hemos señalado y el que durará tres días, que constituye el castigo.
Este milagro concuerda con
lo que revela el Apocalipsis (Apoc. 12), cuando a la mujer vestida de sol se
le dieron las alas del águila para ser conducida al desierto, donde será alimentada durante tres años y medio, con el alimento
del desierto, el alimento de los anacoretas y los monjes, la palabra de Dios y todos sus dones, los mandamientos de la ley
de Dios, los sacramentos, las virtudes teologales y cardinales, los dones del Espíritu Santo, las bienaventuranzas, las virtudes
que liberan de los siete pecados capitales. Durante el periodo que la mujer sea
alimentada a raíz de que haya sido llevada al desierto con las alas del águila, esto es, con la advertencia. Esta iglesia
será protegida por su humildad delante de Dios, su reconocimiento de lo que es delante de Dios (con la compunción del corazón
que proviene del reconocimiento de lo que Dios ha hecho por cada uno de nosotros y de los que nosotros hemos hecho por Dios;
de cuanto nos ha amado Cristo, y cuan poco le hemos amado nosotros; de la pureza de corazón y de la virginidad de espíritu,
que se adquieren sucesivamente) y por ello el Apocalipsis revela que cuando la serpiente arrojó agua por su hocico contra
la mujer, la tierra (el hombre es de tierra en sentido trascendente cuando tiene la compunción, la pureza de corazón y la
virginidad de espíritu) se abrió para tragarla y no causó daño alguno a la iglesia
que se está alimentando con frutos celestiales por voluntad de Dios. (Apoc. 12.13-18).
“La sabiduría construyó
su casa, la adorno con siete columnas; mató animales para el banquete, preparó un vino especial, puso la mesa y envío a sus
criados a gritar desde lo alto de la ciudad: “¡Vengan acá, jóvenes inexpertos! Mandó decir a los imprudentes: “Vengan a comer de mi pan y a beber del vino
que he preparado. Dejen de ser imprudentes y vivirán; condúzcanse como gente inteligente””, advierte el Espíritu
Santo a través de Proverbios 9. 1-6.
En este tiempo, lleno de la
sabiduría de Dios, iniciará el cumplimiento de aquello que dice el Espíritu Santo: “mi deleite era estar entre los hijos
de los hombres”. (Prov. 8. 31).
El Milagro
El Milagro ocurrirá, de acuerdo con las
revelaciones particulares, en el transcurso del año siguiente a la advertencia y con este se revelará a la mujer vestida de
sol, a la Virgen Santísima, la presencia de Dios y la renovación de la Iglesia. Con este milagro terminará el periodo de Gracia
y dará inicio el periodo de Justicia para quienes viendo no vieron ni oyendo escucharon, ni quisieron entender en sus corazones,
porque no quisieron que Cristo los salvara. Aunque no se sabe con certeza en qué consistirá dicho milagro, pero será permanente
y podrá verse en todo el mundo, será un milagro de la presencia real de Cristo en la Eucaristía y de cómo María es corredentora
con Cristo, porque es carne de su carne y sangre de su sangre. Iluminará los cielos. En Garabandal fue revelado que el milagro ocurrirá un jueves y el día del
milagro la Iglesia estará celebrando la fiesta de un joven mártir de la Eucaristía. Este milagro confirmará la efusión del
espíritu Santo que se da en la advertencia, en beneficio de los que se hayan acogido a Dios.
Las Escrituras muestran que
este milagro imprimirá una señal, una cruz en la frente de los elegidos, que
los librará del castigo, como también se asienta en el Apocalipsis.
En Ezequiel 9. 1-9 se narra
lo siguiente: "Y clamó en mis oídos con fuerte voz: ¡Acercaos los que habéis de castigar la ciudad! Y llegaron seis hombres
por el camino de la puerta superior del lado del septentrión, cada uno con su instrumento destructor en la mano. Había en
medio de ellos un hombre vestido de lino, que traía a la cintura un tintero de escriba, y, entrados, fueron a ponerse junto
al altar de bronce. La gloria del Dios de Israel se alzó por encima del querubín sobre el que estaba, hacia el umbral de la
casa, y, llamando al hombre vestido de lino que llevaba el tintero de escriba, le dijo: Tasa por en medio de la ciudad, por
en medio de Jerusalén, y pon por señal una cruz en la frente de los que se duelen de todas las abominaciones que en medio
de ella se cometen. Y a otros les dijo: Tasad en pos de él en la ciudad y herid. No perdone vuestro ojo ni tengáis compasión:
viejos, mancebos y doncellas, mujeres; matad hasta exterminarlos, pero no os
lleguéis a ninguno de los que llevan la cruz. Comenzad por el santuario. Comenzaron, pues, por los ancianos que estaban delante
del templo. Y les dijo: Profanad también el santuario, henchid de muertos los atrios. Salid, pues. Salieron y se pusieron
a matar por la ciudad. Mientras ellos herían, quédeme solo, y, postrándome rostro a tierra, grité: ¡Oh Señor, Yavé! ¿vas a
exterminar todo lo que queda de la casa de Israel, arrojando tu furor sobre Jerusalén?' Y me dijo: 'La iniquidad de la casa
de Israel y de Judá es muy grande. La tierra está llena de sangre; la ciudad, llena de injusticia, pues se han dicho: Yavé
se ha alejado de la tierra y no ve nada. Así, pues, haré yo: no perdonará mi ojo, no tendré compasión, haré recaer sus obras
sobre sus cabezas. Y el hombre vestido de lino vino, con tintero de escriba a la cintura, vino a hacer relación: He hecho
lo que mandaste”.
El sello de los elegidos, los
que se hayan acogido a Dios con la advertencia y el milagro estará en la frente y en las manos, según el Apocalipsis y algunas
revelaciones privadas. (Apoc 7: 3-8; 9: 4).
El Castigo
El Castigo,
también conocido como el Juicio de las Naciones, se consumará la justicia divina. Lo anunció Nuestro Señor Jesucristo: “Luego,
enseguida, después de la tribulación de aquellos días, se obscurecerá el sol, y la luna no dará su luz, y las estrellas caerán
del cielo. Entonces aparecerá el estandarte del Hijo del Hombre en el cielo y se lamentarán
todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y majestad grande...”
Es una catástrofe descrita por Jesús en San Mateo 24; San Marcos 13 y San Lucas 21; 2a de San Pedro 2 y 3, así como en el
Apocalipsis.
El
Castigo y la venida gloriosa de Nuestro Señor Jesucristo lo precede el estandarte del Hijo del Hombre
en el cielo, la cruz que se describe en el milagro.
Se podría pensar que ante todos los eventos de la tribulación, como
los fenómenos el en cielo, en la luna, el sol, las estrellas, los terremotos, los maremotos e inundaciones “que inundarán
continentes enteros en minutos”, los terremotos, las guerras, etc., los hombres se convertirán en masa. Sin embargo,
las mismas escrituras prevén que no será así .
San Pedro en su 2a Carta, Cap. 2 versículos 4-9 adelanta que no será
así: “Y ante todo debéis saber como en los postreros días vendrán, con
sus burlas, escarnecedores, que viven según sus propias concupiscencias, y dicen: “¿Dónde está la promesa de su venida?
Porque desde que murieron los padres, todo permanece igual desde el principio de la creación. Es que voluntariamente quieren
ignorar que en otro tiempo hubo cielos y hubo tierra, salida del agua y en el agua asentada por la Palabra de Dios; por la
cual el mundo pereció anegado en el agua, mientras que los cielos y la tierra actuales están reservados por la misma palabra
para el fuego en el día del juicio y la perdición de los impíos.”
En el libro de Proverbios se advierte: “Yo los he llamado, los
he invitado a venir, pero ustedes no han querido hacerme caso. Al contrario, han rechazado mis consejos; no han querido recibir
mi corrección. ¡Ya me tocará reír cuando les llegue la desgracia! ¡Ya me burlaré cuando esté muertos de miedo, cuando vengan
sobre ustedes temores y problemas, desesperación y angustia, como un torbellino que todo lo destruye! Ese día me llamarán, pero no responderé; me buscarán, pero no me encontrarán, pues desprecian la sabiduría y no
quieren honrar al Señor. No desean recibir mis consejos; desprecian mis correcciones. ¡Pues sufrirán las consecuencias de
su conducta! Quedarán hartos de sus malas intenciones!” (Prov. 1. 24-31).
Es de hacer notar que estos impíos de que hablan las Escrituras han
hecho difundir diversas versiones a través, sobre todo, de películas que se han
proyectado por la televisión, que retratan los días finales y como el hombre con la tecnología podrá hacer frente a los fenómenos
cósmicos para evitar la destrucción, incluso en caricaturas como “Evangelion” se muestra a una humanidad que con
la tecnología hace frente a los ángeles del cielo. En algunos filmes se presenta
a estos fenómenos como una amenaza extraterrestre (“Día de la Independencia”), de la que los hombres saldrán victoriosos.
Otro film es “Armaguedon”, en el cual se muestra como los hombres logran desviar al asteroide que destruirá la
tierra. El “Día Después de Mañana”, en que se describen los fenómenos naturales, de los cuales el hombre sobrevive,
sin Dios.
Todo ello son ilusiones, porque la magnitud de los cataclismos supera
a la imaginación más precoz. No dudamos que los poderosos de la tierra presentarán a dichos fenómenos como un ataque extraterrestre
para distraer la atención de quienes no se hayan convertido, o como un fenómeno natural que puede ser modificado por el hombre.
El hecho es que aunque los poderosos de la tierra se preparen para hacer frente a estos fenómenos ordenados por Dios, como
se revela en la batalla del Armaguedón (Apoc. 16. 13-16), nada podrán hacer y perecerán al tiempo de la destrucción.
El 22 de noviembre de 1992, en congruencia con lo revelado en el Apocalipsis,
la Santísima Virgen María dijo al Padre Gobbi: “En la tierra , dos tercios de la humanidad serán destruidos; un tercio
permanecerá. Yo haré pasar a ese tercio por el fuego, lo refinaré como a la plata y lo pondré a prueba como al oro”.
El castigo se forma por diversos acontecimientos que hacen perecer
a millones de hombres y tiene su culmen con Tres días de Oscuridad, de los cuales serán avisados los elegidos, aquellos que
se hayan convertido durante la advertencia y el milagro y permanezcan fieles, a quienes se les dará a conocer el día de inicio
de este fenómeno en su interior, como una visión intelectual, según lo expresó la Santísima Virgen María en una revelación
privada a Fray David López en 1987, quien vive en una ermita en El Ranchillo, Texas, conocida como Nuestra Señora de la Ternura.
A este religioso se advirtió que durante los tres días de oscuridad
los elegidos deberán permanecer con la compunción del corazón. “Deben conseguir agua bendita, objetos benditos y estar
unidos estrechamente con el Sagrado Corazón de Jesús, manteniendo como señal de ello permanentemente encendida una luz de
vigilia ante su imagen.”
Prosigue: “Los sacerdotes no deben ocuparse exclusivamente de su vida
interior, sino de desarrollar la vida de oración interior de sus feligreses. Del mismo modo deben evitar hablar de revolución
y rebelión. Los que hablan de revolución y rebelión son los secuaces del anticristo. Me afligen los religiosos del occidente
que han renunciado a sus señales de consagración. Ellos en especial serán tentados por el demonio y no podrán resistir sus
ataques espirituales y físicos. Deben volver a una vida de santidad y obediencia a Cristo, mi Hijo. No teman a nada ni a nadie.
Todos llénense del amor de Dios por medio de la oración, leyendo las Escrituras y recibiendo los sacramentos. Estaré con ustedes
durante el tiempo de angustia y mis hijos pueden buscar en mí un refugio seguro.
“Aquellos que luchan para vencer sus pecados personales que se repiten,
no deben desesperarse, ya que Dios tomará en cuenta sus deseos y esfuerzos para vencer sus pecados.
“Durante esos tres días de oscuridad, no quedará ni un sólo demonio
en el infierno, todos estarán sueltos en la tierra. Estos tres días serán tan obscuros que ni siquiera podrán ver sus propias
manos.
“En esos días los que
no estén en estado de gracia morirán de miedo por los demonios horribles que verán. Cierren todas las puertas y ventanas y
no respondan a nadie que llame de afuera. La peor tentación será cuando el diablo imite las voces de sus seres queridos. Ésos
no serán sus seres queridos, sino los demonios tratando de sacarlos de la casa.
“Dios ha elegido a algunas personas para que sean mártires al principio
de los tres días de oscuridad, que no deben temer puesto que Dios les dará perseverancia, y después de su martirio los ángeles
los llevaran al cielo en cuerpo y alma. Como lo ha advertido Mi Hijo Jesús, oren al Señor para que esos días no sean en invierno;
que no haya mujeres encinta a punto de dar a luz, puesto que si sucede en invierno el frío será intenso y no habrá calefacción
artificial, y mujeres a punto de dar a luz no tendrán asistencia médica.
“La gente no debe buscar señales ni perder el tiempo tratando de
calcular la fecha. Las horas de oscuridad serían exactamente setenta y dos y que el único modo de contarlas será con relojes
de cuerda porque no habrá electricidad.
“Es necesario convertirse y vivir caritativamente hoy. Vivir
en estado de gracia. Es muy importante formar comunidades de alianza fraternal donde reciban apoyo moral y espiritual de sus
hermanos. Los días de oscuridad serán muy difíciles para la gente soltera y para los padres de familia que tengan hijos adultos,
porque oirán sus voces desde afuera.
“Los padres de familia, especialmente los papas, deben enseñar
a sus hijos e hijas a orar. Durante las horas de oscuridad las oraciones de los niños serán milagrosas.
“Los sacerdotes tienen la responsabilidad de avisar a sus feligreses
estos sucesos, darles fuerza, conversión y decirles que no teman. Tienen la obligación de comunicar estos mensajes y que no
teman hacerlo puesto que ya fueron revelados antes a muchos santos, y no debemos perder más tiempo ignorándolos. Deben dedicarse
a enseñar a la gente a convertirse y orar en el Espíritu Santo. También deben enseñarles a no preocuparse por los bienes materiales,
dinero, poder, trabajo, etc., porque no vale la pena. Del mismo modo deben predicar sobre la preparación para la muerte. Es
importante predicar sobre las cosas finales para los seres humanos: la muerte, el juicio final, el cielo y el infierno. Prediquen
expresamente sobre la necesidad de estar consciente del pecado, especialmente del pecado
mortal y sus fatales consecuencias. Dios prefiere que se conviertan por amor, pero si es necesario, por temor al castigo.
De todos modos Él acepta la conversión y los recibirá porque los ama y quiere su salvación.”
La Justicia divina se consumará durante el Castigo. San Juan Bautista anuncia en su predicación del Día de la Ira del Señor. Él mismo llamaba Raza de Víboras a los escribas y fariseos —“...los conozco
a ustedes y se que no aman a Dios (Jn. 5. 42)-- esto es a los hombres que corrompen la religión y de quienes el mismo Señor
dijo: “Hagan lo que dicen, pero no imiten sus obras” (Mt. 23. 3). San Juan Bautista predica el juicio precisamente
contra los que corrompen con sus obras a la religión y que creen que por estar dentro de la religión y tener ministerios son
salvos; contra los que constituyen a la Gran Ramera: “Raza de víboras, ¿Quién les enseñó a huir de la ira que amenaza? Dad dignos frutos de penitencia; y no se ilusionen
con decir por dentro: “Tenemos por padre a Abraham”. Porque les digo que Dios puede de estas piedras sacar hijos
de Abraham. Ya está el hacha a la raíz de los árboles. Y todo árbol que no de buen fruto será cortado
y echado al fuego. Yo por mi los bautizo en agua para penitencia; pero
el que viene detrás de mi es más fuerte que yo, que no soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en Espíritu Santo
y fuego; tiene en su mano el bieldo y va a limpiar su era; recogerá su trigo en el granero, y la
paja la quemará con fuego que no se apaga”. ( Mt. 3. 7-12).
Nuestro Señor, cuando explica
la parábola de la cizaña dice a sus discípulos: “...como se recoge la cizaña y se quema al fuego, así será al fin del
mundo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles que recogerán de su Reino todos los escándalos, y a todos los agentes de maldad,
y los echarán al horno del fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en
el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.” (Mt. 13. 40-43).
En el Apocalipsis se narra como Cristo mismo ejecutará la justicia.
Cuando se narran los hechos relacionados con la mujer vestida de sol, se dice,
en Apoc. 12. 5, que la mujer dio a luz a un hijo varón , el cual ha de gobernar a todas las naciones con cetro de hierro.
Es el Cordero, quien abre el rollo que está sellado con siete sellos.
Al abrirlos salen los cuatro jinetes del Apocalipsis y los primeros fenómenos naturales que destruirán la tierra, así como
la serie de terribles sucesos que azotarán a la humanidad al romper el séptimo sello, que da inicio a los toques de las siete
trompetas de los siete ángeles que están al pie delante de Dios.
Al finalizar todos estos sucesos que implican el oficio de gobernar
con cetro de hierro, viene un suceso culminante: “...y apareció un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba fiel
y verdadero, porque con rectitud gobernaba y hacia la guerra. Sus ojos brillaban como llamas de fuego, llevaba en su cabeza
muchas coronas y tenía un nombre escrito que solamente él conocía. Iba vestido con ropa teñida de sangre, y su nombre
era: La Palabra de Dios. Lo seguían los ejércitos del cielo, vestidos de lino fino, blanco
y limpio, y montados en caballos blancos. Le salía de la boca una espada afilada, para herir con ella a las naciones. Las
gobernará con cetro de hierro. Las juzgará como quien exprime uvas y las pisa con los pies, y las hará beber el vino del terrible
castigo que viene del furor del Dios todopoderoso. En su manto y sobre el muslo llevaba escrito éste título: "Rey de reyes y Señor de señores”.
Y vi un ángel que, puesto de pie en el sol, gritaba con fuerza a todas las aves de rapiña que vuelan en medio del cielo:
"¡Vengan y reúnanse para la gran cena de Dios, para que coman carne de reyes, de jefes militares y de hombres valientes,
carne de caballos y de sus jinetes, carne de todos: de libres y de esclavos, de pequeños y de grandes!” Vi al monstruo
y a los reyes del mundo con sus ejércitos, que se habían reunido para pelear contra el que montaba aquel caballo y contra
su ejército. El monstruo fue apresado, junto con el falso profeta que había hecho señales milagrosas en su presencia.
Por medio de esas señales, el falso profeta había engañado a los que se dejaron poner la marca del monstruo y adoraron su
imagen. Entonces el monstruo y el falso profeta fueron arrojados vivos al lago de fuego donde arde el azufre. Y
los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves de rapiña se
hartaron de la carne de ellos.” (Apoc. 19. 11-21).
Todos los que serán aniquilados son quienes viendo no vieron y oyendo no escucharon,
los que no quieren arrepentirse de sus crímenes y pecados, porque no quieren convertirse ni que Cristo los salve, porque quieren
vivir su humanidad sin Dios y contra Dios, utilizando todos los dones naturales de Dios para construir su propio reino rechazando
los legítimos derechos divinos del hombre ganados por Cristo. Los que destruyeron la tierra, los que cometieron toda clase
de abominaciones utilizando a las religiones, los que explotaron al hombre y se enriquecieron, todos los que se hartaron con
la injusticia y con el llanto de sus hermanos, los que los utilizaron para enriquecerse en sus negocios, los que utilizaron
toda clase de inmoralidades y corrupción para hacerse del poder humano y de las naciones y para mantenerlo. Todos aquellos
que rechazaron la misericordia que Dios dio en los sacramentos, en las múltiples ayudas de Dios a lo largo de sus vidas, los
que finalmente rechazaron las últimas y grandiosas señales de misericordia y amor de Dios en la advertencia y el milagro.
Todos los que engañaron al mundo tergiversando los hechos salvíficos de los últimos tiempos confundiendo a través de los medios
de comunicación. Todos los que se alegraron con la muerte de los justos y los persiguieron; todos los que se impusieron el
sello de la bestia; todos los que participaron, levantaron su mano contra Dios y aplaudieron a los que marcharon en la batalla
del Armaguedón. Todos los que en fin, corrompieron, prostituyeron y destruyeron en ellos a la imagen y al templo de Dios con
sus actos y pretendieron que el hombre fuera sojuzgado por el demonio, para esclavizarlo y destruir en él la imagen y semejanza
de Dios, serán eliminados y precipitados al abismo. Aquí recibirán la plenitud de la bienaventuranza los que tuvieron hambre
y sed de justicia, porque serán saciados, como prometió el Señor (Mt. 5. 6), y los que fueron fieles recibirán el reconocimiento
delante de todos, como también nos advirtió: “...al que tiene, se le dará más, pero al que no tiene, hasta lo poco que
tiene se le quitará. Y en cuanto a mis enemigos, que no querían tenerme por rey, tráiganlos acá y mátenlos en mi presencia”
(Lc. 19. 26-27).
La Segunda Venida de Cristo
Para anunciar su Segunda Venida, el Señor no deja de expresar cuanto nos ha amado y lo que hemos elegido en pago del desprecio que hemos hecho con
nuestros actos contra su grande amor. Allí mismo se expresa de todos y cada uno de sus hijos, dirigiéndose a Jerusalén y refiriéndose
paralelamente a los eventos que se han de vivir en el Juicio de las Naciones, manifestando la esperanza de que los judíos
lo volverán a ver una vez que se arrepientan y rechacen al que aceptaron porque vino en su propio nombre y acepten al que
rechazaron, porque venía en nombre de Dios.
Viendo la ciudad de Jerusalén, el Señor exclamó: “¡Jerusalén,
Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que Dios te envía! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina
junta a sus pollitos bajo las alas, pero no quisiste! Pues miren, el hogar de ustedes va a quedar abandonado; y les digo que
no volverán a verme hasta que llegue el tiempo en que ustedes digan: “Bendito el que viene en el nombre del Señor””
(Lc. 13. 34-35).
Jesús narra como será su segunda venida y siempre alerta a la prudencia
para que no nos dejemos engañar por las imposturas previas a su llegada.
“...Así como el
relámpago al brillar, ilumina el cielo de uno a otro lado, así será el Hijo del
Hombre en el día de su regreso.” (Lc. 17. 24).
Esto ocurrirá inmediatamente a los fenómenos cósmicos, descritos como
“el sol se oscurecerá, la luna dejará de dar su luz, las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestiales temblarán y el castigo” (Mc. 13. 24-25) y “pasado
el tiempo de sufrimiento” , “Entonces verán al Hijo del Hombre venir en las nubes con gran poder y gloria. Y El
mandará a sus ángeles para que con un fuerte toque de trompeta reúnan a sus escogidos de los cuatro puntos cardinales, desde
un extremo del cielo hasta el otro.” (Mt. 24. 30-31).
El Señor vendrá tras los tres días de oscuridad, una vez que haya puesto
a todos sus enemigos bajo sus pies (I Cor. 15. 25); “Dios esparce los huesos del enemigo. Quedarán en ridículo, porque
Dios los rechaza” (Sal. 53 . 5) y los cielos y la tierra presentes hayan pasado. “Los cielos y la tierra pasarán,
pero mis palabras no dejarán de cumplirse.” (Mt. 24. 35). “No se admiren de esto, porque va a llegar la hora en que todos los muertos oirán su voz y
saldrán de las tumbas. Los que hicieron el bien, resucitarán para tener vida; los que hicieron el mal, resucitarán para ser
condenados.” (Jn. 5.28-29).
Era de Paz
El Apocalipsis señala que habrá
una Era de Paz donde Cristo reinará con sus elegidos, que durará mil años y que iniciará con la resurrección de los justos,
que se menciona en los Evangelios. Será cuando el hombre, con la sabiduría del Espíritu Santo y con Cristo, gobernará al mundo
con santidad y rectitud, y administrará justicia con recto corazón (Sabiduría. 3), y “ya no habrá más comerciantes en
el templo del Señor todo poderoso” (Zac. 14, 21).
“Después de esta purificación,
vendrá la primavera. Todo estará verde y limpio. El agua será cristalina, hasta el agua de los grifos de las casas. No habrá
contaminación del agua, ni del aire, ni de los ríos. Lo más bello será que la gente vivirá de la tierra y del trabajo, no
para sobrevivir sino por amor y apoyo mutuo”, reveló la Santísima Virgen María a Fray David López en 1987.
“Vi un ángel que bajaba
del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano. Este ángel sujetó al dragón, aquella serpiente antigua
que es el diablo y satanás, y lo encadenó por mil años. Lo arrojó al abismo, donde lo encerró, y puso un sello sobre
la puerta para que no engañe hasta que pasen los mil años, al cabo de los cuales habrá de ser soltado por un poco de tiempo.
Vi tronos, y en ellos estaban sentados los que habían recibido autoridad para juzgar. Vi también almas de aquellos a quienes
les cortaron la cabeza por haber sido fieles testimonio de Jesús y al mensaje Dios. Ellos no habían adorado monstruo ni a
su imagen, ni se habían dejado poner su marca en la frente o en la mano. Y vi que volvieron a vivir y que reinaron con Cristo
mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta después de los mil años. Esta es la primera resurrección. ¡Dichosos
los que tienen parte en la primera resurrección, pues pertenecen al pueblo de Dios! La segunda muerte no tiene ningún poder
sobre ellos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él los mil años.” (Apoc. 20. 1-6).
Antes
del Juicio Final
Cuando hayan pasado los mil
años, “satanás será soltado de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones
de todo el mundo; saldrá a engañar a Gog y a Magog cuyos ejércitos, numerosos como la arena del mar, reunirá para la batalla.
Y subieron por lo ancho de la tierra, y rodearon
el campamento del pueblo de Dios, y la ciudad que él ama. Pero cayó fuego del cielo y los quemó por completo. Y el diablo,
que los había engañado, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también habían sido arrojados el monstruo
y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por todos los siglos.” (Apoc. 20. 7-10).
Conviene reflexionar que según
lo que expresa el Apocalipsis, el juicio final inicia por misericordia de Dios primero para los justos, quienes resucitan
para reinar con Cristo durante mil años, tras los cuales, habrá una última prueba en la que participará la humanidad, probablemente
nacida durante este milenio y que no hayan vivido la tribulación, que podrán formar parte de dos bandos que se prepararán
para la guerra, para atacar a los elegidos, seducidos por el demonio, que será soltado por un breve tiempo para ese propósito,
que llevarán el signo de Gog y Magog, los cuales serán “numerosos como las arenas del mar”, pero que finalmente
serán consumidos por el fuego y luego precipitados al abismo. El profeta Zacarías menciona que habrá sobrevivientes “de
los mismos pueblos que lucharon contra Jerusalén”, los cuales irán año tras año
“a adorar al Rey, al Señor Todo Poderoso”, a quienes de no hacerlo serán severamente castigados. Es probable
que sean estos pueblos los que formen los ejércitos de Gog y Magog.
El Juicio Final
Concluidos estos sucesos, viene la consumación del Juicio Final o Juicio Universal,
con la resurrección de todos los muertos. El Apocalipsis lo narra de la siguiente manera: “Vi un gran trono blanco,
y al que estaba sentado en él. Delante de su presencia
desaparecieron completamente la tierra y el cielo, y no se los volvió a ver por ninguna parte. Y vi los muertos, grandes
y pequeños, de pie delante del trono; y fueron abiertos los libros, y también otro libro, que es el libro de la vida.
Los muertos fueron juzgados de acuerdo con sus hechos y con lo que estaba escrito en aquellos libros. El mar entregó
sus muertos, y el reino de la muerte entregó los muertos que había en él; y todos fueron juzgados, cada uno conforme
a lo que había hecho. Luego el reino de la muerte fue arrojado al lago de fuego. Este lago de fuego es la muerte segunda,
y allí fueron arrojados los que no tenían su nombre escrito en el libro de la vida.” (Apoc. 20.11-15).
En el Evangelio el Señor nos
previene sobre el tipo de justicia que se aplicará en este juicio y su naturaleza: “No juzguen a otros, para que Dios
no los juzgue a ustedes. Pues Dios los juzgará a ustedes de la misma manera que ustedes juzguen a otros; y con la misma medida
con que ustedes midan, Dios les medirá a ustedes.” (Mt. 7. 1-2). “No todos los que me dicen “Señor, Señor”,
entrarán en el Reino de Dios, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre Celestial. Aquel día muchos me dirán: “Señor,
Señor, nosotros hablamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos milagros. Pero entonces
les contestaré: “Nunca los conocí; ¡aléjense de mi, malhechores! (MT. 7.
21-23). Especialmente será riguroso el juicio contra estos, quienes ejerzan funciones religiosas y de servicio, cuando en
lugar de cumplir cabalmente su función, más bien se sirven de ella con sus obras y contra los que inducen al pecado por gusto
o por dinero, como lo declara el Señor en sendas condenaciones precedidas con la frase: ¡”Ay de ustedes”!. A los
primero incluso los llama serpientes y raza de víboras. “¡Serpientes! ¡Raza de víboras! ¿Cómo van a escapar del castigo
del infierno? Por esto yo les voy a enviar profetas, sabios y maestros. Pero ustedes matarán y crucificarán a algunos de ellos,
y a otros los golpearán en las sinagogas y los perseguirán de pueblo en pueblo.
Así que sobre ustedes caerá el castigo por la muerte de todas las personas que han sido asesinadas desde el justo Abel, hasta
Zacarías, hijo de Berequías, a quien ustedes mataron entre el santuario y el altar...” (Mt. 23. 33-36).
Asimismo, en el Evangelio de San Mateo, Capítulo 25, versículos 31
al 46 narra el Juicio Final: "Cuando el Hijo del Hombre venga rodeado de esplendor y de todos sus ángeles. se sentará en su
trono glorioso. La gente de todas las naciones se reunirá delante de Él, y él separará
unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Y dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Vengan ustedes, los que han
sido bendecidos por mi Padre; reciban el Reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Pues tuve hambre,
y ustedes me dieron de comer, tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero,
y me dieron alojamiento. Estuve desnudo y me vistieron; estuve enfermo, y me
visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a verme.” Entonces los justos preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos
con hambre, y te dimos de comer? ¿O cuándo te vimos con sed, y dimos de beber? ¿O
cuándo te vimos como forastero, y te dimos alojamiento, o desnudo y te vestimos? ¿O
cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?” El Rey les contestará:
“Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí lo hicieron.” "Luego
el Rey dirá a los que están a su izquierda: “Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Pues tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer, tuve sed, y no me dieron de
beber; anduve como forastero, y no me dieron alojamiento. Estuve desnudo y no me vistieron; estuve enfermo, y en la cárcel,
y no vinieron a visitarme. Entonces ellos le preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o como forastero,
o falto de ropa, o enfermo, o en la cárcel, y no te ayudamos? El Rey les contestará: “Les aseguro que todo lo que no
hicieron por una de estas personas más humildes, tampoco por mí lo hicieron.” Ésos irán al castigo eterno, y los
justos a la vida eterna.
Cielo Nuevo y tierra Nueva
El cielo nuevo y la tierra nueva aparecen inmediatamente
después del Juicio Final, toda vez que al inicio de este, y ante la presencia de Dios, el cielo y la tierra desaparecieron
completamente “y no se les volvió a ver por ninguna parte”.
El Apocalipsis describe como será el cielo nuevo y la tierra nueva
y sobre todo, como se devela el misterio de la Nueva Jerusalén, el misterio de la Santísima Virgen María y como baja del cielo
y que es al mismo tiempo la Iglesia Santa, que ha adquirido su imagen y como esta imagen es la perfecta imagen de Cristo y
por ello es la Esposa del Cordero, hecha uno con Él.
“Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo
y la primera tierra habían dejado de existir, y también el mar. Vi la ciudad santa la nueva Jerusalén, que bajaba del
cielo, de la presencia de Dios. Estaba arreglada como una novia vestida para su prometido. Y oí una fuerte voz que venía
del trono, y que decía: "Dios vive ahora entre los hombres. Vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo y Dios mismo estará
con ellos como su Dios. Secará todas las lágrimas de ellos, y ya no habrá muerte. ni llanto, ni lamento, ni dolor; porque
todo lo que antes existía ha dejado de existir." El que estaba sentado en
el trono dijo: "Yo hago nuevas todas las cosas." Y también dijo: "Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas
de confianza." Después me dijo: "Ya está hecho. Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin. Al que tenga sed le daré
a beber del manantial del agua de la vida, sin que le cueste nada. El que salga vencedor recibirá todo esto como herencia;
y yo seré su Dios y él será mi hijo. Pero en cuanto a los cobardes, los incrédulos, los odiosos, los asesinos, los que cometen
inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que adoran ídolos, y todos los mentirosos, a ellos les tocará ir
al lago de azufre ardiente, que es la segunda muerte”” (Apoc. 21. 1-8).
Conclusiones
Así pues, queridos hermanos, los eventos del Apocalipsis revelan la gran esperanza de la humanidad, que finalmente alcanzará su liberación total con
la plenitud de la filiación divina.
La Gran Tribulación conducirá a la transformación espiritual de la humanidad,
que habrá de consumarse con la Parusía de Cristo. En corto tiempo una serie de
acontecimientos extraordinarios propiciarán el más grande regalo de Dios para la humanidad. El Gran Aviso o advertencia brindará
a cada ser humano el conocimiento propio y claridad sobre el camino a seguir y la fuerza para recorrerlo. El milagro reafirmará
el designio de Dios y la fuerza del Espíritu Santo en quienes escojan su voluntad. El castigo consumará la justicia divina
sobre los perversos y la purificación de la humanidad regenerada.
Por la extraordinaria acción del Espíritu Santo María dará a luz a Cristo
en la humanidad y llevará a plenitud la obra que inicio con la encarnación de Cristo y su participación como corredentora.
Así dará inicio la felicidad con el Reino de Cristo en la tierra y la vida eterna a continuación.
Queridos hermanos: no queda más que animarnos, levantar la cabeza (Lc. 21.
25-31) y abrigar la dicha (Mt. 5. 1), como dice amorosamente el Señor. Así, confiados en Él, lanzarnos a la batalla y recibir
el premio de los vencedores, que es Dios mismo.
A mi hermano Juan Carlos.
En memoria de sus lágrimas
frente
a la imagen rota de la Última Cena
de Nuestro Señor Jesucristo.